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Educarnos

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Educarnos

EL BLOC DEL CARTERO

Antes de pensar en cómo educamos a otros, no estaría de más reflexionar sobre si nos hemos educado suficientemente nosotros mismos, más allá de los esfuerzos, por lo común bienintencionados y nunca perfectos, de quienes nos tutelaron o nos instruyeron durante nuestros años más inmaduros. Es posible que tras este examen advirtamos alguna carencia, si lo hacemos con profundidad y sinceridad, y lo que en ese caso conviene es enmendarse. Viene la idea a cuento de los padres que tras separarse van a buscar al médico solución para males de los que ellos mismos son causantes, y de los que nos habla una lectora y pediatra. También de lo que a cada uno nos incumbe, en nuestro discurso pero también en nuestra praxis diaria, para transmitir a quienes vienen detrás esos valores que decimos compartir.

LA CARTA DE LA SEMANA

Solo ante sí

En un pasaje de Tempestades de acero, Ernst Jünger rememoró la muerte de un soldado inglés, abatido de un disparo efectuado por el propio escritor alemán, cerca de Vraucourt (Francia) en marzo de 1918. Mientras el fuego artillero castigaba los alrededores, Jünger se obligó a contemplar los ojos de aquel muchacho: en el suelo, con el cráneo atravesado por un tiro, debió de ser un pensamiento frecuente durante sus años de vida. De la aflicción que esta visión dejó en él, Jünger extrajo una lúcida reflexión: el Estado puede, en ciertas circunstancias, eximir de responsabilidad las acciones de sus súbditos; sin embargo, esta exención legal, no exonera al individuo de los sentimientos ante sus propias acciones morales. La conclusión puede parecer sencilla, pero es fruto de un complejo debate entre diferentes parámetros: la libertad humana, la acción, la costumbre, el carácter moral… Aun amparado por la legalidad, el individuo, en última instancia, rinde cuenta de sus acciones ante sí; y quién sabe cuánto le costó a Jünger dirimir con aquella aflicción que, escribió, «penetra hasta las profundidades de nuestros sueños».

Jaime de las Obras-Loscertales Sampériz (Zaragoza)

Por qué la he premiado…Por ese recuerdo tan pertinente de la responsabilidad individual, en tiempos en los que tan común es buscarse excusas colectivas.


Lo que quiero es que os llevéis bien

Con frecuencia, los padres y madres separados me consultan porque notan determinados síntomas en sus hijos, síntomas que ellos atribuyen al hecho de haberse separado. Y creen que se debe a que los niños desearían que sus padres volviesen a vivir juntos, como antes. Con frecuencia les pregunto a esos hijos (a solas, sin sus padres presentes en la conversación) qué es lo que realmente desearían. La respuesta suele ser: «Que se lleven bien». Los hijos (niños, adolescentes) no son ignorantes. Han vivido en primera persona los preámbulos de la separación física de sus padres. Saben cómo eran las cosas cuando estaban juntos. Los han oído discutir, pelearse, gritarse, enfadarse, incluso insultarse o hasta pegarse. Y lo que esperaban es que la separación (física) acabase con esas situaciones. Pero no. Siguen hablando mal el uno del otro cuando a los hijos «les toca» estar en cada casa. Siguen hablándose mal entre ellos y reprochándose mil cosas cuando están juntos para hacer el «intercambio» del niño. Hablan mal de las nuevas costumbres «del otro», de la nueva pareja, de los sitios a los que lleva a los niños… Eso es lo que a los hijos les gustaría que cambiase. Ya saben que sus padres no deben volver a vivir juntos. Y, sin embargo, los padres esperan que los niños estén estupendamente. Y si no es así, que «un psicólogo arregle lo que le pasa al niño». Nunca se plantean que los que tienen que cambiar son ellos. Lo que de verdad no entienden los hijos es por qué sus padres no hacen lo posible para vivir tranquilos separados.

Pilar García (Correo electrónico)


Cómo educamos

No hay día en que no se hable de feminismo o de derechos de la mujer en los medios de comunicación. Leo hoy en un artículo que el 48 por ciento de los hombres entrevistados no sabe cómo actuar con las mujeres, que el 54 por ciento de los hombres de entre 18 y 24 años consume pornografía semanalmente, que el 32 por ciento reconoce que se les enseñó a reprimir sus emociones… Los hombres, machistas o no, han sido educados por sus madres (y sus padres), por profesoras (y profesores), por lo cual el resultado está en directa relación con este hecho. No percibo que las bases de la educación en hogares y colegios cambiaran mucho en esta sociedad ni tampoco el ejemplo que se da. Creo que las manifestaciones reclamando mejoras y equidad están bien, pero educar con la comunicación y el ejemplo es más importante y más fructífero. Mujeres, reflexionemos en cómo educamos a nuestros hijos. Creo que ahí está la solución definitiva. Educar desde la infancia en los valores que queremos para el futuro: honestidad, responsabilidad, equidad y, por encima de todo, respeto.

María Luisa Vázquez Pedreda (Correo electrónico)


Inquieto y laborioso

La noticia llegó como un guantazo que no te esperas. En mitad de una jornada de trabajo, lejos mi tierra, de la nuestra; vibró el móvil y ahí estaba. José Pinto –ganadero salmantino, amante y defensor del mundo rural y, últimamente, estrella televisiva por su gran bagaje cultural– acababa de fallecer por culpa de un infarto. Él, que acababa de aparcar la fama para centrarse en su explotación ganadera. Lo que más quería. Después, la gran catarata de pésames; a veces las redes sociales lo son de verdad, y sirven para algo más que insultar y lanzar odio en todas direcciones. No es casualidad que tanta gente haya llorado el triste final de José. Su personalidad lo hizo querido, incluso para personas que no llegaron a conocerlo, o que ni por asomo logran imaginarse cómo es realmente la vida rural que él tanto defendía. José era auténtico porque nunca escondió su origen ni su vida en el campo. Todo lo contrario: lo llevó como bandera y lo introdujo en las casas de casi todo el país; con sus anécdotas y con sus problemas diarios. A la inversa de lo que ocurre con muchas otras personas, que una vez que se hacen famosas esconden sus orígenes, sus raíces, creyéndose de ese modo únicas. Superiores. Sin embargo, no hay nada más único que alguien que sabe de dónde viene y que se siente orgulloso de ello.

Eduardo Fernán-López, Villalpando (Zamora)


Parejas culinarias

Cuando mi chico me preguntó si me gustaba el guiso de lentejas que había preparado, le contesté que, en mi opinión, solo le faltaba más tiempo de cocción. Estaba bueno, pero sus ingredientes eran demasiado independientes: estaban conectados, pero no cohesionados. Tras ver su cara de perplejidad intenté ilustrarle con ciertos ejemplos. Una ensalada precisa únicamente conexión: sus ingredientes se unen para formar un conjunto, pero mantienen su independencia de sabor, aroma y textura. Unas lentejas necesitan cohesión para formar un guiso en el que los alimentos se unen y sus características se mezclan. En un tercer nivel estaría la fusión, y como ejemplo pongamos un puré de verduras, en el que sus diferentes componentes forman un plato con textura y sabor únicos. Las relaciones entre las parejas son experiencias culinarias. Según la independencia que se mantiene entre sus sujetos podríamos hablar de parejas conectadas, cohesionadas o fusionadas. Sin ánimo de juzgar y pensar cuál es mejor o peor… ¿en qué nivel os encontráis tú y tu pareja? ¿Sois una ensalada, unas lentejas o un puré?

Isabel Garreta Crespo, Monzón (Huesca)


Con tres, basta

Todo comenzó hace cuatro años. Mi por entonces mujer me dijo: tenemos que hablar. Quería su libertad. Ella ganó su independencia y un amante y yo perdí dos hijas y un piso, del que el banco, obstinadamente, sigue cobrándome la hipoteca. Siendo catalán de nacimiento, volví a Barcelona. No pude instalarme en el apartamento de mis padres, fallecidos hace tres años, a causa de unos okupas de los que gracias a la Colau no consiguen librarme ni el agua hirviendo ni los juzgados. Comencé a trabajar en la filial de una empresa inglesa radicada en el Vallés Occidental. Esta empresa que tuvo a bien acogerme hizo sus maletas rumbo a Inglaterra a primeros de 2018 como consecuencia de los altercados del 1-O y del movimiento de independencia catalán, y en un alarde de compasión tuvo a bien conservar mi puesto en Londres. Ahora, hace tres meses, gracias a la divina intervención de Cameron, Boris Johnson, Theresa May y el invento del brexit y el Reino Unido independiente (Dios los confunda a todos), mi empresa acaba de comprar una nueva sede en Fráncfort, y esta vez me veo o en la calle o comiendo salchichas. Hace dos semanas conocí a una guapísima escocesa. Me he dicho: «No, con tres basta».

Josep Lluengo i Mistral (Correo electrónico)


Juego de niños

Acabo de cumplir 21 años, estoy finalizando la carrera y actualmente trabajo en una ingeniería. Vamos, que me he metido de cabeza en la vida adulta. Estos días estoy siguiendo el juicio a los políticos y activistas encarcelados. Este conflicto ha generado en mí un mayor interés por la política. Por mi edad no puedo ser del todo crítico; con todo, esta situación era inimaginable y actualmente es insostenible. Si vamos al origen de esta controversia, el Estatuto de Autonomía aprobado hace más de 12 años, sorprende que desde su anulación posterior no hayan encontrado algún punto de encuentro. Yo sugeriría un mayor autogobierno para la totalidad de los territorios con una mayor igualdad y justicia. Haciendo a cada uno responsable de la administración de sus recursos, por tanto, de su destino. Veo esta contienda como un juego de niños, una relación de poder por poseer el balón más que por repartir juego. Entendiendo el poder como el dominio-autoridad sobre el inferior. Sustituyamos esta actitud por una más afable y sensata con el fin de conseguir mejores logros. Políticos adultos, por favor, dejen de hacer el niño.

Chelo Castro (Correo electrónico)


Enmienda al Gobierno

El Consejo Escolar del Estado, el máximo órgano consultivo del Gobierno, que se reunía a principios de año, presentaba 551 enmiendas al texto presentado por el Ministerio de Educación, que dirige Isabel Celaá. Muchas de estas enmiendas son a la totalidad, lo que indica que el Gobierno ha planificado las líneas de actuación en una materia tan sensible sin contar con los sectores implicados. Cabe recordar que dicho Consejo propuso que la Administración del Estado fije una porción mínima del uso de la lengua castellana en toda España, «como lengua oficial que es».

Jaume Catalán Díaz (Girona)

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Feminismos

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Feminismos

El bloc del cartero

La reciente movilización del 8-M no solo ha puesto de manifiesto la pujanza del movimiento feminista, con una capacidad de convocatoria y de concitar consensos que contrasta con la desafección a las diversas opciones políticas y con un mosaico de siglas cada vez más fragmentado y dividido. También se han hecho visibles las distintas formas de reivindicar la igualdad real entre hombres y mujeres –núcleo central del feminismo como idea y actitud ante la vida, y difícilmente discutible salvo para nostálgicos del Medievo– y las tentativas de apropiación partidista, ya para desacreditar al rival por tibio, ya para hacerlo por extremista y fanático. No ha sido buena cosa que entre nosotros el 8-M coincidiera con una precampaña. Lo que esa fecha encierra, lo apuntan nuestros lectores, va mucho más allá.

LA CARTA DE LA SEMANA

Solo a la caza del mamut

El 40 por ciento de las consultas de atención primaria se deben a la ansiedad. En la sociedad del cansancio, en la era del miedo, todo favorece el aislamiento para quebrar el componente social y alcanzar la indefensión del individuo. Sobre el que se deposita al tiempo toda responsabilidad de su devenir. Tú mismo te separas del bienestar (empodérate, autoayúdate –sic–). Eres el principal impedimento para lograr tus objetivos (autoempléate, inventa un nuevo yo cada vez que cambie el viento). Solo tú eres responsable de ignorar o desconocer. ¿Y las ofertas de empleo? Disponibilidad completa, resiliencia, aguante, encaje, sumisión y silencio tras el epígrafe ‘bajo presión’. ¿Y los mensajes ‘buenrollistas-mágico- pendejos’? Tú y tu fuerza y tu luz y tururú. ¿Oyes a familia, amigos o conocidos decir «al menos tienes trabajo»? Como la sopa desleída de Oliver Twist, como las botas con cordones de Chaplin. Estas personas olvidan que el individuo es tal porque antes fue manada, tribu, vecindad, pueblo, parroquia. Estas personas son las mismas que en la Prehistoria te enviarían solo a la caza del mamut.

Ricardo Pérez Hernández (Correo electrónico)

Por qué la he premiado… Por contrarrestar tantas toneladas de retórica y propaganda contrarias, para restituirnos una verdad tan consustancial a la condición humana


Parentalidad

Decir que el lenguaje tiene un sesgo patriarcal no es más que reconocer la realidad. Emplear un lenguaje inclusivo choca con varios obstáculos, como el de evitar la connotación negativa de lo femenino incorporada a muchos vocablos o el de eludir el masculino como género común de lo femenino y lo masculino. En este empeño por un lenguaje inclusivo existen auténticos oasis semánticos, territorios lingüísticos donde no existe distinción de género porque históricamente no la había. Una de estas familias léxicas que podemos llamar ‘integradoras’ deriva del latín parens, participio presente del verbo parire: en latín, el plural de pater y de mater era parentes, que siempre ha sido común a lo masculino y a lo femenino. La suma de la paternidad y la maternidad siempre ha sido la parentalidad. En algún país hispanohablante se cometió el dislate de creer que ‘parental’ deriva de pater y no de parens, por lo que fue preciso crear una contraparte femenina, de ahí el vocablo ‘marental’. Hoy es posible oír hablar de «familias monomarentales». Lo que parece un avance es en realidad un retroceso en la consecución de un léxico inclusivo: estamos desforestando ese oasis semántico que heredamos de Roma.

Luis Barreiro Carballal (Santiago de Compostela)


Para la lluvia

Hoy es 8 de marzo. Son las 9:00 y escucho la radio. Las noticias se vuelcan hacia el lado femenino. Está bien que te tengan en cuenta: es lo correcto. Pero un día no es suficiente ni una semana ni un color… El conjunto de la sociedad funciona basándose en prejuicios, y entre ellos está esa división en bloque masculino y femenino. Y no lo entiendo. Yo pienso en personas, sin más. Hace años entré en una tienda, le pedí a la dependienta un paraguas negro: «¿de hombre o de mujer?», me preguntó. Tardé en contestar. «¡Para la lluvia!», dije vehemente. Ella, seguro, pensó que mi respuesta era absurda. Pero ahí estamos, necesitamos interiorizar que todas las personas/paraguas somos igual de valiosas/útiles para la sociedad/lluvia.

Aurora Matilla Rodríguez, Ponferrada (León)


Feminista/femenina

Escribo a raíz de una polémica surgida el 8 de marzo por las declaraciones de una periodista que se definía como femenina. Creo que aún hay personas que identifican el feminismo con la ideología de izquierdas. Eso no es cierto, toda clase de ideología cabe en el feminismo. Nadie se ha apropiado de esta lucha ni debería. El feminismo pretende que una mitad de la humanidad, las mujeres, tengan los mismos derechos que la otra mitad, los hombres. El género no debe ser motivo de discriminación, desigualdad, injusticia, violencia… El feminismo no va en contra de los hombres: nuestro enemigo es el machismo que provoca todo lo anterior. Por ello, no dudemos en declararnos feministas seamos de derechas o de izquierdas. Nuestra lucha es diaria y debemos hacerla, sobre todo, en la educación para que el futuro sea más equitativo y justo. Y esto, creo, nos incumbe a toda la sociedad, aunque algún partido político aún no se haya enterado.

B. M. M. Markina-Xemein (Vizcaya)


La música que mata

Cada viernes, a las seis decenas de chavales salen a la calle a pasar el rato y a escuchar algo que parece, sin más, música: reguetón, trap… Pero en el fondo no. Es la letra. Machista, irrespetuosa, casi incita a hacer lo que dice. ¿Están los jóvenes manipulados? «No», me dicen, «solo lo escucho por el ritmo. A mí tampoco me gusta la letra». O: «Sabes que hay reguetón cantado por mujeres y con lenguaje feminista, ¿no?». Y, cuando utilizo mis conocimientos de niña de quince años para refutar, insisten: «¿Por qué dices que esto no es música si tiene melodía, armonía y ritmo?». Yo respeto a los compositores y cantantes, pero no me gusta el mensaje. El otro día hubo una huelga por los derechos de las mujeres, por fomentar la igualdad y acabar con la violencia de género. ¿Cómo vamos a hacerlo si escuchamos música que incita a lo contrario? Veo a chicas cantando a pleno pulmón letras machistas. Son las mismas que luego gritan, vestidas de violeta, por un futuro donde se nos respete a todos…

M. P. P. G. Mérida (Badajoz)

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Gimnasios

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Gimnasios

EL BLOC DEL CARTERO

Señala uno de nuestros lectores, con razón, que hemos aprendido a convencer a la ciudadanía de la necesidad del ejercicio físico, hábito sin lugar a dudas saludable –dentro de las condiciones de cada cual– y que redunda en una calidad de vida superior a la que proporciona el sedentarismo. La prueba la tenemos en el aumento sostenido de los gimnasios y de la clientela de estos, hasta alcanzar a una cuota muy significativa de la población. Bien por nosotros. Por desgracia, no tenemos tanto éxito en persuadir a la población de las bondades de la lectura, un hábito no menos saludable y acrecentador de la calidad de vida, tanto desde el punto de vista individual como comunitario. Las bibliotecas aumentan poco y su clientela más bien tiende a descender. Mal por nosotros. ¿Pensamos en hacer algo?

LA CARTA DE LA SEMANA

Ideas que no supimos ver

Asisto atónito a la lucha encarnizada por la autoría intelectual de la circunnavegación a la Tierra, realizada por Fernando de Magallanes, Juan Sebastián Elcano y los 239 valientes que, muchas veces, son relegados a un segundo plano. Alguien me dijo una vez que quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Me gusta mirar los acontecimientos con la medicina que lo cura casi todo: el tiempo. Ese tiempo en el que un rey no supo ver lo que tenía ante sí, y su homónimo en un reino vecino sí. Es lo que hoy podríamos llamar ‘una fuga de cerebros’. Portugal, entonces, no supo creer en sus mentes más adelantadas, y es un golpe que debe encajar en favor de España, que sí creyó y financió. Sin embargo, pido calma, no hagamos leña del árbol caído; puede que dentro de 400 años, en 2419, debamos ser nosotros los que encajemos el duro golpe de conmemorar en favor de otro país, digamos Estados Unidos o Alemania, el éxito de un español, que marchó como tantos jóvenes, con brillantes ideas en su cabeza, y al que en su país de origen, España, no supimos ver ni financiar.

Luis Castilla Pérez (Sevilla)

Por qué la he premiado… Por la sensata invitación a trocar orgullos patrioteros, nacidos de la pasada gloria, por la inteligencia para ganar el presente.


El futuro de Europa

Recientemente, asistí en mi universidad a un coloquio acerca del Estado de derecho. En cierto punto, uno de los participantes pidió que levantasen la mano quienes supieran con certeza a quién votarían en las futuras elecciones europeas. De los más de cien asistentes, solo seis levantaron la mano. Los jóvenes –esa parte de la sociedad olvidada hasta la próxima campaña electoral– no comprendemos qué nos jugamos el próximo 26 de mayo. Y quizá no es solo culpa nuestra. El desamparo ya mencionado no se refleja solo en medidas económicas, educativas y sociales no promulgadas en nuestro favor, sino, además, en la propia representación. Si cambiamos de fecha, a un tal 28 de abril, y hacemos la misma pregunta, los resultados serían similares. Ninguna de las cinco grandes alternativas parece representar a nuestros jóvenes, que se sienten huérfanos. Y no pretendo colgarme el cartel de ‘Portaestandarte de la Juventud’, sino advertir que más de un millón de nosotros votaremos por primera vez, y si no sabemos qué nos representa en nuestro propio país, ¿qué haremos en Europa?

Andrés Pelayo Alfonso, Aravaca (Madrid)


‘Mens sana in corpore sano’

Según la Encuesta de hábitos y prácticas culturales, que elabora el INE, un 41,3 por ciento de los españoles no lee ningún libro al año. En cuanto a la media de tiempo que invertimos en esta actividad, estamos a la cola de Europa, con siete minutos diarios (frente a los 225 que dedicamos a la televisión). Mientras tanto, un 46,2 por ciento de la población acude al gimnasio cada semana, y figuramos entre las cinco naciones europeas con más inscritos. Si bien la máxima mens sana in corpore sano resulta tan válida hoy como lo fue para griegos y romanos, el orden de los sintagmas en la frase no debiera sernos indiferente.

Jesús Manuel Suárez Liste, Baiona (Pontevedra)


Instrucción bilingüe, un arte

Escribo esta carta para aclarar algunos puntos del artículo Asnos bilingües, de Juan Manuel de Prada, del 3 de marzo. Considero que aporta un punto de vista sesgado hacia la educación bilingüe y no explora sus beneficios. Cuando Prada menciona el vocabulario abstruso de algunas asignaturas como Biología, los ejemplos que da son desafortunados ya que se trata de cognados, palabras que comparten significado, ortografía y pronunciación similares en español e inglés. ‘Estambres’ y ‘pistilos’ serian stamens y pistils, ‘orogénesis’ es orogenesis y ‘fallas tectónicas’ se dice tectonic faults. Si usted a su alumno le muestra un visual de una planta y le proporciona estos conceptos en ambos idiomas, le está comunicando que el inglés no es tan complicado, que está a su alcance y que tiene muchas similitudes con el español. Pero enseñar una lengua a través del contenido es un arte y una especialidad que lleva tiempo aprender. ¿Se les ha hablado a estos profesores del método SIOP (Protocolo de Observación del Inglés Protegido o Sheltered Instruction Observation Protocol)? Desconozco si una instrucción bilingüe es el mejor modo de aprender contenido; sí sé que a través del contenido es la mejor manera de aprender un idioma.

Roberto Rodríguez Vesga (Correo electrónico)


Soy una persona

Un sábado de invierno, uno de esos días en los que el viento clava sus gélidas garras, siguiendo mi costumbre, fui tras desayunar al quiosco a comprar la prensa. Práctica que, en estos tiempos, me convierte en una rara avis, pero les diré que me eduqué en la Galaxia Gutenberg y necesito cada semana lo que Manuel Rivas denomina «una dosis táctil de sensibilidad tipográfica». Ya había cogido la prensa cuando me percaté de la presencia de una señora con su hijito (¿o hijita?). La niña (¿o niño?), de unos cinco años, tenía la cabeza enfundada en un gorro de lana y una gruesa bufanda protegía su cuello y ocultaba parte de su rostro. A ella se dirigió un señor de provecta edad y, sonriendo, le preguntó: «¿Eres niño o niña?». Ella (¿o él?), en un tono seráfico y con un chispazo de inteligencia, respondió: «Soy una persona».

Pedro Miguel Ansó Esarte (Pamplona)

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Portaaviones

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Portaaviones

EL BLOC DEL CARTERO

Cuestiona uno de nuestros lectores a quienes a su vez someten a crítica la llamada Leyenda Negra, esa que atribuye a España una cuota superior a la de cualquier otro país de las infamias que recoge la Historia. Habla de Castilla, supuesto colector de toda la abyección del alma española, lo que siempre hace pensar en esos humildes campesinos castellanos que nunca oprimieron a nadie y capearon el hambre y el olvido de sus reyes como buenamente pudieron. Quizá en esa visión, que se alentó desde fuera pero ha calado dentro de nuestras fronteras, pueda enmarcarse el rechazo a los hombres y mujeres que trabajan desde la dotación de un portaaviones por la seguridad de todos sus compatriotas. Sea cual sea la causa, la maldad de los castellanos o la injusta inquina de otros, tenemos sin duda un problema.

LA CARTA DE LA SEMANA

Mentiras

Una mentira simple y corta entra rápido en la cabeza, y puede ser creída o no… o sembrar la duda. Las más eficaces se construyen sobre medias verdades. ¿Son realmente mentira? ¿Son legítimas? El caso es que funcionan. Al leer un titular o escuchar un discurso con el que nos identificamos o que responde a lo que consideramos un problema, queremos creerlo. Esto deriva en dos posibles actitudes: razonar si lo leído o escuchado tiene sentido o tener fe ciega en ello. Muchas veces se impone la fe. ¿Es lógico? No, es más fácil. Con esto, el discurso populista construye uno de sus ases: extender una mentira es mucho más fácil que disuadirla. Cuando toca desmontarla, ya se ha convertido en una verdad relativa fácil de asumir. Y crea un grave problema, que muchas veces consiste en culpar al ajeno. Pueden ser estos inmigrantes, esos del lado opuesto del espectro político o aquellos que viven en mansiones. ¿Son culpables? Qué más da. Estas verdades ya se han convertido en un baremo para juzgar la realidad. ¿Qué consiguen? Generar odio.

Gonzalo Martín Fernández, Aguilar de Campoo (Palencia)

Por qué la he premiado…Por el aviso a navegantes, más que útil para la ruta de arrecifes que se avecina.


No voy a votar

En las próximas elecciones generales del 28 de abril no voy a ir a votar. O, mejor dicho, no me dejan votar. Nuestros políticos han demostrado una vez más que los derechos de los que nos encontramos por motivos laborales o de estudios en el extranjero les importan poco. Y no me gustaría ver a Pedro Sánchez prometiéndome nada, porque ni se ha preocupado por la deprimente situación del voto rogado, que me obliga a presenciarme dos veces, en menos de un mes, en la Embajada. Del horario tan absurdo de las oficinas, que solo abren por las mañanas en días laborables, cuando tengo que ir a clase. Del precio del transporte, de la burocracia –siempre a mano, ojo–, del fax, que ya casi no existe… No se ha preocupado por nosotros. Ni él ni ningún otro político. Ojalá antes de echarnos las manos a la cabeza por los altos porcentajes de abstención, pensemos seriamente si nuestro sistema es el adecuado, si es realmente garantista. Porque en el resto de Europa sería impensable esta situación. Ahora entiendo por qué vamos a la cola de todo.

Alberto Romero Vallejo (Cádiz)


Leyenda Negra

En su último artículo publicado en la revista XLSemanal, titulado Leyenda nueva y vieja, la señora Carmen Posadas pone en duda que la famosa Leyenda Negra sobre España sea cierta y, de paso, arremete contra el independentismo catalán. En referencia a la Leyenda Negra, le recomiendo que no lea solamente los libros escritos por autores a sueldo del poder establecido. Si lo hace, seguro que se sorprenderá de lo que Castilla hizo en América, en algunos países de Europa y en distintos espacios de la geografía peninsular. En lo que atañe al independentismo catalán, sus argumentos me recuerdan al gran humorista Gila, cuando contaba aquel chiste en el cual un hombre se unió a un grupo de personas que estaba maltratando a una sola persona. «Y le dimos una…», decía Gila. Por una simple cuestión de espacio, no puedo rebatirle todos los argumentos, aunque le pediré que tenga presente que solamente a los presos violentos se los traslada esposados con las manos en la espalda. Para acabar, la invito a visitar Cataluña y a que se interese por nuestra realidad. Así sabrá que llevamos siglos luchando por sobrevivir en un Estado que sabe aprovechar los recursos que aquí generamos entre todos, sin que a cambio nos ofrezca las infraestructuras necesarias. También verá el maltrato cultural que recibimos y, a lo mejor, se une a los pocos intelectuales españoles que han abandonado su zona de confort para luchar por una lengua, la catalana, que, como todas, es patrimonio universal de la humanidad. La espero.

Josep F. Gironès Descarrega, El Catllar (Tarragona)


El portaaviones que une

Resulta curioso que un buque de la Armada una a partidos tan dispares como el PNV, el PSOE, Bildu y Podemos. Estas cuatro formaciones han firmado una declaración mostrando su disconformidad con la presencia de buques de guerra en el municipio de Getxo con motivo de la visita del portaaviones Juan Carlos I. No recuerdo que ningún Ayuntamiento vasco firmase una declaración similar por las visitas de los hidroaviones del Ejército del Aire que recientemente han participado en la extinción de devastadores incendios que han asolado nuestra región. ¿Hubiera sido posible la extinción de estos incendios sin la ayuda de estas aeronaves? ¿Por qué no se realizaron declaraciones en su contra como la del portaaviones Juan Carlos I si pertenecen al mismo Ejército? Tampoco recuerdo que el Ayuntamiento de Bilbao firmase ninguna declaración en contra del Ejército de Tierra cuando en las inundaciones de 1983 instaló un campamento en el antiguo campo de fútbol de Garellano para dar auxilio a una ciudad anegada por el barro. Lo que si, en cambio, recuerdo son las botellas de agua que repartieron de forma gratuita y que nos aliviaron la sed a muchos bilbaínos. Quizá incluso la de alguno de los que ahora firman la declaración en contra del portaaviones.

Roberto Rodríguez Vesga (Bilbao)

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Armas

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Armas

EL BLOC DEL CARTERO

Se pregunta la autora de la carta de la semana si en el caso de que se legalizara con carácter general la posesión y el uso de armas ella estaría capacitada para tener una. La respuesta que se da, y que más vale leer en sus propias palabras, es prueba de su ponderación y buen juicio. Algo no va del todo como debiera cuando quienes no se postulan para ejercer responsabilidades públicas demuestran contar con una mayor dosis de lucidez y de criterio que quienes sí lo hacen. Y no se trata solo ni en particular de este asunto de las armas, que no pasa de ser una entre las muchas ocurrencias que nos deparan quienes salen a la caza del voto. Anota otro lector el consejo de su viejo catedrático de Medicina: explorar bien antes de aventurar un diagnóstico. Escasea el ojo clínico y sobran las terapias atropelladas.

LA CARTA DE LA SEMANA

Españoles honrados

Hace unos días leí una propuesta política en la que se planteaba la posibilidad de que los «españoles honrados» pudieran disponer de un arma para su autodefensa. No sé si la noticia es exacta, simplemente me he planteado al leer la noticia cuál es la definición de ‘español honrado’ y he pensado si yo podría encajar en esa clasificación. La primera parte la tengo clara: he nacido en España, mi familia es española y trabajo y vivo en España, así que sí: soy española. Podrían darse múltiples combinaciones de vida, nacimiento y familia y ahí la cosa se podría complicar, pero en mi caso está claro. Me entran más dudas en relación con mi honradez. No tengo antecedentes penales, tengo la suerte de tener trabajo; intento cuidar a mi familia; procuro no hacer daño a los demás, aunque no siempre lo consigo; evito mentir, aunque a veces lo hago ya sea en defensa propia o en defensa de algo o alguien que creo que lo merece… Y la verdad es que no sé si en una situación límite, para la que seguro no estoy preparada, sabría reaccionar con la honradez necesaria. Así que, si en algún momento hay que hacer una lista de ‘españoles honrados’, conmigo que no cuenten, porque no sé si cumplo los requisitos para estar en ella ni si querría figurar.

Arancha Ruiz (Santander)

Por qué la he premiado… Por la prudencia, que contrasta con la tónica de estos tiempos de propuestas desaforadas.


Gente de primera y de segunda

Entiendo que los medios de comunicación tengan su orden de prioridades y que, como me dijo hace años un representante de uno de ellos, información no es tanto lo que nosotros queramos ofrecer como lo que el público desea saber. También entiendo que no podemos vivir lamentando las desgracias ajenas (ni las propias). Pero me entristece profundamente comprobar, una vez más, que claramente hay personas de primera y de segunda: quinientos muertos –de momento–, víctimas de un ciclón en África, y otros ochenta –muchos de ellos, mujeres y niños– que se hunden en un ferry en el ya martirizado Irak y a los que se dedica muy poca atención en los medios. Y lo que no es noticia no existe. Afortunadamente hay personas que están allí, en el terreno, a las que les da igual que su prójimo sea noticia o no. Rectifico: necesitan que sean noticia para poder reclamar ayuda del acomodado mundo de primera. Mientras haya gente como el obispo de Mozambique Alberto Vera o la impagable labor de instituciones como Médicos sin Fronteras, al menos yo mantengo la fe en el ser humano.

Sofía de Salas Murillo (Correo electrónico)


El capitalismo de vigilancia

La economista S. Zuboff exagera con sus temores sobre «el capitalismo de vigilancia». Se ve que trata de vender su libro cargando las tintas; nada menos que «destruir la naturaleza íntima del ser humano». Parece que no confía en la inteligencia y capacidad de respuesta de nuestra especie. Tampoco parece muy bien informada sobre la gran empresa humanitaria que los españoles desarrollaron en América hace quinientos años. Allí, desde el principio del descubrimiento, se gobernó con la ley y la cultura cristiana; el mestizaje, las escuelas, las universidades, la protección de las lenguas autóctonas… son algunas de las muchas pruebas que desmienten a la profesora de Harvard cuando habla del «sometimiento» de la población. Lo que, por cierto, no podría decir de la población indígena de Norteamérica, que fue aniquilada por sus ancestros o confinada en reservas.

Miguel Ángel Herrero (Correo electrónico)


Legado

Última diapositiva y comienza el descanso. La gente en la facultad se levanta y desconecta cinco minutos hasta el comienzo de la próxima clase. Unos pocos estábamos cerca, se nos acerca el profesor y nos dice visiblemente emocionado: «Ha sido la última». Catedrático en Medicina y docente durante cuarenta años en la facultad, comparte con nosotros algo intrínseco a él: «Esforzaos por entender al paciente y haced una buena exploración». Y añade: «Ayer estuve con una paciente a la que habían derivado por cuatro servicios y, cuando llegó a mis manos, enseguida comprendí que era un cuadro de anorexia». Tristemente la educación médica tiende a la informatización y especialización, nuestro doctor lo sabe. Nos dejó intuir esa existente falta de interés en aprender más allá, para llegar a tener un verdadero trato humano y trascendente con el paciente. El legado que deja es claro, pero el inexorable avance de esta sociedad impaciente y utilitarista nos aleja de él.

Ignacio Leonardo Pueyo Bestué (Zaragoza)


¡Sacadlo ya!

Ya que la derecha utiliza tan a menudo a Alemania como referente económico y político, quiero relatar algo que tal vez desconozca. Alemania, julio de 2011. Gobierna la conservadora liberal Angela Merkel. Hastiados de que la tumba de Rudolf Hess, lugarteniente de Hitler, se haya convertido en lugar de peregrinación neonazi, el Gobierno, con conocimiento y nocturnidad, persuadiendo con contundencia a su familia, exhuma el cuerpo de tan siniestro personaje, demuele su sepultura, incinera el cadáver y arroja sus cenizas al mar, acabando con el problema en un par de horas. Aquí, en España nos preguntamos: «¿Cómo es posible que la familia del dictador, que cuenta con un gran patrimonio arrebatado a los españoles, paralice sine díe la decisión de un Parlamento democrático?». Cuarenta y tres años son demasiados, ¡sacadlo ya!

Miguel Fdez. Palacios Gordon (Madrid)

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Reinserciones

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Reinserciones

EL BLOC DEL CARTERO

No es castigo pequeño estar privado de libertad por espacio de años, ya sean estos pocos o muchos. No está de más recordarlo, ni tampoco que el anhelo máximo de quien no es libre se cifra en ser como cualquiera de los que pasean a su aire por la calle. Dos de nuestras cartas de esta semana hablan de este anhelo, en situaciones dispares y, sin embargo, equivalentes: la de quien va a la cárcel y la de quien espera un trasplante para recobrar la salud y la autonomía. Quizá una sociedad mida su éxito, entre otros factores, por su capacidad de reintegrar a la normalidad a quienes se vieron expulsados de ella. En el caso de los trasplantes, el éxito es indudable. En el de las prisiones, depende del trabajo de unos funcionarios que no siempre son los necesarios ni tienen los medios. Invisibilizarlos no es una opción.

LA CARTA DE LA SEMANA

La mejor foto

He dormido con el móvil para darle calor, antes le hice el boca a boca, reanimación manual y mecánica con el secador de pelo. Cuando me levanté esta mañana, él estaba muy calentito, me animó e intenté en vano reanimarlo; ahora lo tengo conectado, por si revive. No es muy mayor, tiene tres años, que equivalen a sesenta y tres de una persona. Todo comenzó ayer por la tarde en la playa; la marea, alta; el mar, revuelto. Hice fotos para compartir contigo la belleza, con ellas y tu imaginación, pensé, podríamos sentirnos más cerca. La última foto, la mejor, precedió a una ola traidora que me tiró y dio conmigo y el móvil en el agua. Lo peor de todo es que esa foto ya no existe, no podremos comentar al verla el instante después de hacerla: una ola me tiró, la gente que paseaba abrigada por la playa se reía viendo solo de mí el brazo levantado con el móvil en la mano tratando de salvarlo. La mejor foto la hizo un paseante que consiguió contener la risa. El ser humano con la tecnología fabrica los mecanismos electrónicos, abstractos y geométricos, con sílice. La naturaleza hace los seres vivos, abstractos y orgánicos, con carbono. ¿Qué tipo de vida llegarán a alcanzar aquellos en su desarrollo? ¿Maltratarán a su creador igual que nosotros a la naturaleza?

Mario Carrera Guillén, Rivas-Vaciamadrid (Madrid)

Por qué la he premiado…Por el sano ejercicio de ironizar a costa de uno mismo, tan infrecuente.


La cúpula de cristal dorado

Esta es la extraña historia de un hombre que vivía en las tierras del norte, del norte de algún sitio. Así como me la contaron la transcribo. Una mañana, nuestro protagonista despertó encadenado a un lugar concreto. Su cadena no era física ni estaba compuesta por eslabones de acero. Una voz, en un mal sueño, le había informado de que a partir de aquel momento solo podría alejarse lo suficiente para estar de retorno en tres horas. Alguien lo llamaría por teléfono y el cronómetro empezaría a correr. Era el plazo máximo para presentarse en aquel punto concreto o perdería la vida. El hombre dibujó un círculo con un radio de tres horas y vio que era una gran superficie. Al principio se preguntó por qué había sido condenado si no había hecho nada para merecerlo. Lo aceptó y se dispuso a pasar aquel espacio de tiempo bajo una cúpula de cristal dorado. Dentro estaban casi todas las personas queridas, sus amigos, los libros que leía con pasión. Pasaron las semanas, los meses esperando aquella llamada. La cúpula empezó a perder su brillo y comenzaban a aparecer algunas grietas. Cada día se iba pareciendo más a una cárcel. Se encontró con personas que habían cumplido la pena y ya eran libres. Eso lo ayudaba a seguir esperando que el teléfono sonase. (Dedicado a todas las personas que esperan un trasplante de órganos).

Javier García Miralles (Logroño)


Reinsertar

Hoy he leído del XLSemanal el reportaje El día a día entre rejas. He leído con alegría que a partir del año 2006 se hace por reinsertar al preso y que el 69 por ciento de los que salen de prisión no vuelve a ella. Son buenas noticias si no son un paripé. Y a alguien que ha cumplido condena los paripés no le valen. En prisión se aprende una barbaridad de cosas, sobre todo lo referente al ser humano y de cómo somos en ciertas circunstancias. Se ve de todo y se pasa por todo, sobre todo malo. Se sufre una barbaridad bárbara. No quiero comparar mi experiencia como preso, ya que fueron otros tiempos y la reinserción te la currabas tú solito, ya que era sobrevivir, defenderse, no cumplir más condena por defenderse y salir lo mejor posible para no volver a entrar. A los funcionarios de prisiones los veo con mucho mérito por su trabajo si hoy en día son menos que antes y ahora se reinserta a más presos que antes. Se han debido de hacer más competentes porque antaño ninguna reinserción había, para mal de todos, con todos los funcionarios que había. Siempre lo diré. La pelea de verdad empieza cuando se sale de prisión, y esto es lo que realmente hay que mirar y tratar para hablar de reinsertar.

J. V. G. Correo electrónico


Agresión cultural

En contestación al escrito de don Josep F. Gironés Descarrega, de El Catllar (Tarragona), publicado en el XLSemanal, desearía hacer unas aclaraciones. Leí también el artículo de doña Carmen Posadas, motivo del escrito, con el que estoy completamente de acuerdo, como en la mayoría de las ocasiones. Las leyendas negras son creencias negativas que se tienen respecto a alguien o a épocas, y efectivamente esas leyendas negras son las que publican algunos autores, la mayoría de ellos a sueldo de poderes interesados en desprestigiar algunos hechos con el fin de aprovechar esas dudas creadas. Me parece fuera de lugar que usted le aconseje a doña Carmen que lea a autores que no estén comprometidos con el poder, como dudando de su profesionalidad. Solo falta que le indique, nos indique, qué autores aclararían nuestros errores. Y estoy convencido de que conoce Cataluña. En cuanto al maltrato económico y cultural que según usted se está dando a Cataluña, creo que el que debía salir es usted y dejar, aunque sea por un tiempo, la toxicidad de la información que están teniendo por los medios, como dice en su escrito, a sueldo del poder establecido. Lo que yo entiendo por agresión cultural es lo que estamos sufriendo los valencianos y los de Baleares con los inexistentes països catalans, y la inmersión lingüística a que nos tienen sometidos, así como los intentos de anexión, todo ello con dinero de los contribuyentes.

Chimo Sebastiá Sanchís, Puzol (Valencia)

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Agenda

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Agenda

El bloc del cartero

Las comunidades y los individuos se retratan, cabe convenir, por lo que llevan en su agenda; pero también por lo que no llevan o aplazan en su orden de prioridades. Hace ya tiempo que en el debate público, tan lleno de asuntos efervescentes e inquietantes, se destina poca o ninguna atención a algo que debería estar en su mismo centro, porque no pocos de los problemas que nos cercan, y sin duda una buena porción de sus soluciones, se juegan justamente ahí. Lo recuerda la carta de la semana: una vez más, cuesta encontrar en los programas electorales las propuestas educativas de los partidos y, cuando se da con ellas, llega la decepción de ver a cada cual arrimando el ascua a su sardina. La educación es el consenso primero que le incumbe a una sociedad. Acaso el único decisivo.

LA CARTA DE LA SEMANA

28-A… ¿y la educación?

Con motivo de las elecciones, y porque no oigo a ningún partido tratar la cuestión, he mirado qué se dice sobre educación en los programas electorales de los cuatro principales partidos políticos españoles. Soy padre y maestro, y el tema me preocupa. PP: «La Ley de Lengua, una Educación de calidad». Ciudadanos: «Asignatura sobre la Constitución del 78». PSOE: «De calidad, sin exclusiones, respeto y derechos de infancia, pacto estatal…». Podemos: «Asignatura de feminismos, incremento de inversión, libertad sexual…». Se le dedica el mismo o menor espacio que al resto de las materias y cada cual rema en un sentido. Poco serio. ¿No puede quedar este crucial tema al margen de pugnas electoralistas? ¿Para cuándo un Pacto de Estado por la Educación haciendo política en mayúsculas? ¿Y unos políticos que solucionen problemas con visión a largo plazo, basada en el interés general?

Ibon Usandizaga Elizegi (Bilbao)

Por qué la he premiado… Por recordarnos la que es la primera, si no la única, de las cuestiones.


El póker y la publicidad segmentada

Hace días que escucho en varios medios hablar del peligro de las casas de apuestas cerca de los institutos, a sabiendas de que existe un problema con el juego en los adolescentes. Según datos de periódicos de tirada nacional, el número de jugadores activos que apuestan en línea se ha incrementado un 369 por ciento desde 2013. A estas estadísticas preocupantes le podemos añadir que diversos deportistas muy admirados por nuestros hijos e hijas nos animan a jugar al póker y a apostar on-line, sin pensar en la influencia que sus recomendaciones pueden tener ellos.

El resultado lógico de estas campañas es un porcentaje de menores enganchados con la falsa promesa de ser como sus ídolos, cayendo así en la ludopatía en tiempo récord. Según los psicólogos, el periodo de latencia es de tan solo año y medio. Dicho esto, como madre me gustaría que algún partido político me hiciese llegar cualquier propuesta sobre la regulación del juego on-line y las casas de apuestas, o al menos ver un atisbo de preocupación por el tema. En mi opinión, sería fácil hacerme llegar sus propuestas a través de la famosa y a la vez controvertida publicidad segmentada, donde solo nos llegan mensajes personales de máximo interés para cada votante: mi interés personal está centrado en saber cuáles son las medidas de sus programas electorales para afrontar estos problemas cada vez más graves que amenazan la salud mental de nuestros hijos e hijas y comprometen su futuro.

M. Pilar Castro Pampín (Santiago de Compostela)


Una reflexión

Se me ocurre que sería muy bueno poner un filtro al seleccionar a los posibles candidatos políticos. ¿No sería interesante que, para estar en cualquiera de las listas, los aspirantes, debieran demostrar ser capaces de ganarse la vida fuera de la política? El mejor modo de demostrarlo sería acreditar un trabajo no político previo. Esto haría que nuestros representantes hablaran y actuaran sobre la vida real y no de la que se imaginan. Pero no creo que esto prospere: son ellos quienes tendrían que aprobarlo, y aquí viene a cuento ese proverbio que dice: «Quien a sí mismo se capa buenos cojones se deja».

Ignacio Castiella Rodríguez (Pamplona)


Tortilla de patata

Un spot en televisión me ha suscitado una reflexión: en una casa, unos amigos preguntan qué hay para cenar. Alguien les dice: «Tortilla de patata», y su respuesta es algo así como: «¡Qué aburrido!». Acto seguido se les ofrece, eso sí, avalado por un famoso artista, un suculento bote de plástico con una especie de tallarines asiáticos condimentados, con letras mayúsculas, guiones y números. ¡Y tan contentos! Digo yo que, en la mayoría de los hogares españoles, si al cocinero o cocinera le preguntan qué hay para cenar y responde: «Tortilla de patata», ¡le hacen la ola! Es como si me encargan a mí la campaña de unas bolsas de gusanitos y, como comparación, elijo unos platos de jamón ibérico. Vete a saber. Para algunos igual me merecería, por mi audacia, el premio a la mejor publicidad del año. Aunque quizá habrá alguien que piense que no soy más tonto porque no tengo más tiempo.

José Miguel Rubio Álvarez, Sestao (Vizcaya)


Fortuna a pucheritos

En respuesta a la carta de Josep F. Gironés Descarrega, del n.º 1641, le recomiendo que no lea solo a autores a sueldo de los nacionalismos establecidos. Se sorprenderá del papel que han tenido tanto la oligarquía catalana como la vasca: en casi cualquier situación que los gobiernos centrales de cada época han propuesto una mejora en las condiciones de los ciudadanos de a pie, estas oligarquías casi siempre defendían solo sus privilegios, sin importarles qué daños colaterales habría. He visitado el verano pasado Cataluña y no vi allí peores infraestructuras que en otras comunidades: dos puertos; tres aeropuertos (uno de ellos, de los mejores del mundo); la comunicación por TAV entre sus cuatro capitales; una red de autopistas que ya quisieran para sí muchos países de nuestro entorno… Lo que sí vi es que es muy difícil realizar la más mínima crítica al independentismo. En 1959, en plena dictadura, en el llamado Plan de Estabilización, se empieza a romper el mercado cautivo que supuso el monopolio de la industria textil, con sus correspondientes aranceles, y qué casualidad, al transcurrir no tantos años de zanjar ese monopolio, va un gallego casi desconocido y crea una de las mayores empresas textiles del mundo. Le transcribo una frase de aquella época, del economista Joaquín María Sanromá, promotor del mencionado plan, quien decía sobre sus propios paisanos catalanes del «hilado y el tejido» que estaban «gimoteando siempre; siempre tan desatendidos, tan melancólicos… Condición eterna de aquellas gentes: hacer la fortuna a pucheritos».

Juan Carlos Citores Alonso (Correo electrónico)


Serguéi Polunin

He leído con interés el reportaje sobre uno de los mejores bailarines del mundo. Es admirable ver la capacidad de superación de alguien para llegar a lo más alto y sorprendente comprobar cómo ese logro le hace perder el control. Me cuestiono si esta pérdida aparece cuando se deja atrás la persona para pasar al personaje.

Como decía el maestro sufí Al-Hallay: «Dios es yo, y yo soy Dios cuando dejo de ser yo».

El esfuerzo que exige la danza es un anhelo altruista que hace que las personas lo dejen todo para dedicarse con plenitud a una causa, la cual les permite saborear el éxito, pero también las tienta a saciarse de él. Por eso, la carga del éxito no debería recaer solo en el esfuerzo individual, sino también ser compartida por la sociedad. El gran éxito sería que, cuando la fuerza y el sacrificio del individuo se agotasen, las sociedades pudieran sostener y canalizar el talento recibido. Como decía el maestro sufí Al-Hallay: «Dios es yo, y yo soy Dios cuando dejo de ser yo».

Esther Olló Comas (Barcelona)


Movilidad inquietante

Sin duda, la movilidad alternativa sostenible es una apuesta loable para reducir la contaminación medioambiental y sonora y mejorar nuestra salud en las ciudades. Y, naturalmente, andar es un ejercicio físico muy saludable contra el sedentarismo. Ahora bien, la efervescencia velocipédica; la irrupción de los vehículos de movilidad personal; los cruces con peatones que, en modo zombi, caminan encorvados, ensimismados en sus móviles y en muchas ocasiones con los auriculares puestos; las alargadas correas de las mascotas… todo esto, unido al cada vez más angosto espacio en las aceras por la avidez ocupacional de las terrazas de bares y restaurantes, se erige en obstáculos, en riesgos para la seguridad de los peatones y los colectivos vulnerables: menores, gente mayor, personas con discapacidad. Se detectan deplorables actitudes de falta de respeto, de agresividad y prepotencia. Con los incesantes avances tecnológicos no extrañaría que los peatones tuvieran que proveerse de sensores para autoprotegerse. Apremia abordar una legislación uniforme a nivel estatal y sensibilizar en la cultura del respeto y la solidaridad, en aras de una convivencia armónica entre los usuarios del espacio público.

José M. Torras Coll, Sabadell (Barcelona)

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Decepciones

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Decepciones

El bloc del cartero

Entre nuestras cartas de esta semana hay dos, firmadas por jóvenes lectoras, en las que se percibe la decepción. No la de aquellos que se hicieron ilusiones vanas y se confiaron a la fortuna para verlas satisfechas. Eso no sería demasiado preocupante. Sino la de esos jóvenes que creyeron en sí mismos y en su esfuerzo, se aplicaron y se formaron para alcanzar un conocimiento que reputaban valioso y que a la vuelta de los años y los afanes descubren que la sociedad en la que viven no valora o, lo que es peor, directamente desprecia. Hay que tener cuidado con decepcionar a esta gente, sobre todo mientras se premia con largueza a otros: los calculadores, los que se dejan llevar por la ola, los oportunistas. La sociedad que no sabe reconocer a quienes pueden mejorarla acaba pereciendo a manos de los truhanes.

LA CARTA DE LA SEMANA 

Irreparable

He estudiado dos licenciaturas; una de ellas: Humanidades. Quizá esto haga que el incendio de Notre Dame me parezca una auténtica desgracia. Quisiera pensar que no y que todos han sentido la impotencia ante una pérdida irreparable, algo que nos hace comprender en un instante el significado de eso que llaman ‘Patrimonio de la Humanidad’. Estupefacto ante el televisor, pienso en todas las personas que tardaron siglos en levantarla, en los acontecimientos de los que fueron testigos esas piedras, pero también en todo lo que desaparece sin remedio, eso ‘inmaterial’ que nos une a todos, más allá de creencias y nacionalidades. Hace unos domingos leía con pena en XLSemanal el reportaje Y ahora… ¿qué estudio? Una orientación para jóvenes sobre qué estudiar para trabajar. Casi todo práctico, técnico, tecnológico, económico, material, trabajo seguro. Facultades de Historia, Historia del Arte, Filosofía, Filologías… vacías. Es cierto, es real. Cuesta encontrar trabajo con estas titulaciones. Quizá en el futuro deba aconsejar a mi hijo en ese sentido. Pero querría que, si algún día ve una catedral en llamas, tenga la sensibilidad y cultura como para lamentar, al menos un minuto, lo que el humo se lleva para siempre.

Irene Herrero Rodríguez (Leganés)

Por qué la he premiado… Por dar esa batalla de la que depende nuestra civilización; para que no desmaye.


Salud vs. gestión sanitaria

Esta comparación la gana por goleada la segunda. La salud de la población queda en segundo plano, aunque nos vendan siempre otro planteamiento más humano. Acudan, si no, a cualquier consulta especializada de la Seguridad Social (si llegan vivos); por ejemplo: traumatología. Si el problema está en las rodillas, prepárense para aguantar el dolor y a destrozarse el estómago con antiinflamatorios y calmantes; a no ser que lleve las rodillas en un talego, las plante sobre la mesa de la consulta y no tengan más remedio que ofrecerle el implante de una prótesis (aunque sea de los chinos). Si no, aunque su artrosis sea galopante, no hay nada que hacer. Es más rentable, para la pragmática gerencia sanitaria, que te mueras de úlcera gástrica o duodenal a que te beneficies de una prótesis de rodilla. Ajo y agua. Si tienes ‘enchufe’, te implantarán por la cara, en detrimento del paciente que la esperaba como agua de mayo.

Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte (Albacete)


Periodismo sin periodistas

El alivio al hacer el último examen de la carrera es una sensación que no he podido disfrutar. El pasado año, al terminar los estudios, comenzó la crisis. Para mí y para otros tantos graduados en Periodismo. Quizá no fuimos inteligentes al escoger esta profesión; no han dejado de repetirnos que la escuela es la calle, que lo de las facultades es mero trámite burocrático. No me sorprende saber así que para una amplia oferta de másteres no es requisito haber estudiado cuatro años de lo mío. Me piden un graduado en cualquier cosa. No importa si es Biología o Psicología. El mensaje es: la comunicación es para cualquiera. Mis horas con los periódicos, la radio, el ordenador, los libros y la televisión se igualan a las de otra persona que ha estado haciendo ecuaciones. Por lo tanto, la asignatura de Códigos y Valores Éticos es prescindible. Y eso explica muchas cosas.

Claudia Vila Galán (Sevilla)


Con propósito de enmienda

Lo que nosotros y nuestros países hagan será lo que aparezca en los libros de Historia en el futuro. No me siento orgullosa de lo que estamos relatando. Tal vez porque me tapo los ojos y callo ante los que viven en los infiernos de la miseria. ¡Oh, sí! Los padres quieren mucho a sus hijos, los educan lo mejor posible y trabajan para que no les falte de nada y sean lo que sus antecesores no pudieron ser. Pero no intentan forjar corazones buenos, espíritus compasivos. El mundo camina, pero no mira al suelo y se desvía por rumbos equivocados. La verdad no existe o está distorsionada, y los buenos valores se han perdido. Pero las páginas de la Historia ansían palabras de esperanza. Llegará el día en que una luz nos guíe de nuevo al camino; quiero ser partícipe de él porque todos tenemos mucho que decir.

Irene Taboada de la Iglesia (Burgos)


Manuel Alcántara

Con él se ha ido un buen articulista y escritor con un amplio y variado currículum, una buena persona a quien se venía echando en falta desde hace un tiempo. Buen conocedor y bebedor de martinis, de lo que alardeaba, persona culta y juiciosa, se hacía querer a través de sus artículos y conferencias, era como dialogar con un amigo o conocido, con palabras, frases ajustadas a la actualidad sin olvidar su humorismo e ironía, sin recurrir al insulto ni al desprecio, pero de algún modo poniendo las cosas en su sitio. Era sin duda el primero o uno de los primeros contactos del lector con el periódico en el que se publicara su columna diaria; un hombre que odiaba despedirse y que supo no creer en la inmortalidad, pero que seguirá entre nosotros mucho tiempo a través de sus artículos recopilados, así como de sus versos y sus de aquellas ya lejanas crónicas boxísticas. Malagueño profeta en su tierra y querido en Bilbao, como se le demostró cada vez que nos visitaba, amante del mar que admiraba cada tarde en su domicilio, la localidad de Rincón de la Victoria, tras realizar la tarea de cada día dejando testimonio de su paso por la vida; un rato, como solía expresar, afortunadamente ha sido un largo y agradable rato. Descansa en paz, maestro, te recordaremos quienes te hemos conocido.

Ángel Santamaría Castro (Bilbao)

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Ceder

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Ceder

El bloc del cartero

Es, sin lugar a dudas, uno de los verbos más difíciles de conjugar. Y, sin embargo, como nos advierte uno de nuestros lectores, no queda otra que hacerlo, si es que alguien quiere plantearse de una vez empezar a construir o reconstruir algo. Una vez que pasó el tiempo de las especulaciones exaltadas, una vez que ha quedado claro que nadie tiene fuerza para avasallar y reducir a la nada al contrario, suena la hora de mirar en derredor y pensar con quién cabe alcanzar acuerdos. Sabiendo que ese ejercicio solo llega a puerto cuando quienes lo acometen se resignan a no conseguir todo lo que pretendían y renuncian a aquello que impide que la otra parte se avenga; incluso cuando la renuncia, como suele ocurrir, resulta dolorosa. Ceder es a veces la forma de ganar, y resistirse, la de consumar el descalabro.

LA CARTA DE LA SEMANA

‘Aurea mediocritas’

Aurea mediocritas, ese estado ideal, deseado punto medio tan perseguido por los antiguos y tan evitado por los contemporáneos, que con poco esfuerzo hemos logrado llegar de nuevo a aquella situación en la que no está permitido mezclar opiniones. Es evidente: serás un enemigo de España si te parece razonable que una lengua que no sea el español se estudie en las escuelas y serás un facha si entre tus atuendos se encuentra la rojigualda estampada en una pulsera. Además, no podrás tener ambas condiciones a la vez, acabarás siendo una veleta que no se conforma con su calificativo y acabará prefiriendo el viento que únicamente sople de Naciente o aquel que lo haga desde Poniente. Parece que Aristóteles y Horacio no tuvieron en cuenta que la dorada medianía resultaría poco atractiva al lado de los magnéticos extremos, que demuestran como polarizar una sociedad resulta mucho más fácil que unirla.

Ernestina Sanz Raedo, San Miguel del Arroyo (Valladolid)

Por qué la he premiado… Por evocar, a contracorriente, esa vieja idea a la que un día habrá que regresar.


Hipocresía

Con el reciente incendio de la catedral de Notre Dame se ha iniciado una avalancha de donaciones, tanto de particulares como de grandes empresas. Aunque el refrán dice «haz buena harina y no toques bocina», estos, con sus bocinas, ganan más millones de lo que aportaron, puesto que la publicidad gratuita que le hace toda la prensa mundial vale más que lo donado, aparte el Gobierno francés les deducirá un 66 por ciento en su tributación. Estos días, aunque la prensa procuró ocultarlo, o pasar de puntillas, bombardearon Gaza por enésima vez. Los donantes llorantes y rezantes por las piedras ni se inmutaron.

A los bomberos franceses (por cumplir con su trabajo) se los homenajea y casi se los santifica; a los voluntarios que en el Mediterráneo intentan salvar vidas humanas poniendo en riesgo las propias se los acosa. Podemos seguir con Siria, el Yemen, etcétera. Que se hayan juntado mil millones en 24 horas confirma que la pobreza es decisión política y, por supuesto, solucionable si hubiese voluntad de los mal llamados ‘representantes públicos’. De lo que estoy seguro es de que algo se está haciendo muy mal y eso explica la pobreza humana.

Manuel Díaz Patiño, Culleredo (A Coruña)


Ceder

Haber llegado, como sociedad global, hasta donde nos encontramos ha sido posible gracias a ladrillos de derechas y a ladrillos de izquierdas. La historia moderna ha sido un tira y afloja entre libertad e igualdad; entre conservadores y reformistas. Es evidente que defienden dos posturas políticas opuestas; si no, no se utilizarían términos antónimos para designarlas. Sabiendo esto, parece que en las dos últimas décadas de historia hemos olvidado en qué consiste la diplomacia. Si es tan obvio que perseguimos metas contrarias, ¿por qué nos hemos olvidado de ceder? Vivimos una era política salpicada de demagogia y populismo. La realidad forma personas expertas en ganar elecciones, pero no en dialogar. No es una sorpresa que hayamos dejado de oír los proyectos políticos de los partidos y que tan solo escuchemos críticas a los rivales. Porque en eso se han convertido; en rivales. Si el objetivo de la política es seguir construyendo, ¿no es necesario volver a aprender lo que era ceder, para continuar construyendo juntos?

Jon Ortega, Bilbao (Vizcaya)


Decidir qué día morir

Es recurrente fijarse en algún caso de dependencia severa para impulsar la idea de que la vida digna pasa por poder decidir cuándo morir. Quienes trabajamos en salud sabemos que los dramáticos casos de dependencia no son aislados, y quizá todos nos hayamos preguntado en algún momento de debilidad si es humano que algunos pacientes sigan viviendo. Personalmente, la respuesta me la han dado los cientos de cuidadores, generalmente hijas y nueras, también hijos y yernos, madres y madres, que año tras año, día tras día, cuidan a personas en situaciones semejantes a la de Ángel, junto con su familiar frágil y dependiente, y el testimonio de cientos de enfermos que, como María José, han visto avanzar su enfermedad al extremo de anular lo que hasta entonces consideraban que era ser persona, con momentos malos, de desesperación, y momentos buenos, de aceptación y gratitud por estar un día más. La vida se empina. Tenemos miedo a sufrir, miedo a que nos cuiden, pero llama la atención que, entre quienes padecen, los que solicitan la muerte inducida son pocos. Es nuestra naturaleza. El suicidio asistido no es una alternativa. Aceptarlo socialmente añade sufrimiento al sufrimiento. Miles de luchadores, de héroes anónimos, pueden pasar a sentirse cuestionados en su derecho a ser atendidos incondicionalmente, pase lo que pase. El tener a nuestras familias dedicadas a nuestro cuidado es un hecho natural, el que la sociedad nos asista es un derecho alcanzado tras años de lucha. Con el suicidio asistido, el seguir viviendo pasa de ser un hecho a ser una elección, lo que añade a la enfermedad el sufrimiento de sentirse responsable, por decisión propia, del perjuicio ocasionado a la familia o la sociedad, poniéndonos en la cruel tesitura de decidir qué día morir.

Juan Ignacio Redondo Campos, Pozoblanco (Córdoba)


No lo logro

Distinguidos señores políticos: ¿seré yo o ustedes los que hacen que no me sienta importante como elector? Como votante necesito sentirme empoderado, pero no lo logro. Necesito cada cuatro años sentirme, al menos, coprotagonista de un cambio en mi país. Pero, por lo visto, la mayoría de ustedes no lo consigue. ¿Será por el formato de misivas que me envían al buzón? Quizá. Las formas son importantes aún. ¿Cómo puedo cederles el voto que me ‘exigen’ si ni siquiera se dirigen a mí como «distinguido ciudadano», por ejemplo? ¿Por qué han decidido elegir la estrategia de marketing de una supuesta ‘camaradería’? Yo no soy su amigo ni su cliente. Soy el motivo de su cometido. En cambio, me envían su programa escueto con tanta prisa para ‘exigirme’ mi voto sin apenas despedirse con un ‘afectuoso saludo’ epistolar. La mayoría de su propaganda se asemeja a un folleto promocional de una marca de vehículo. Hagan que nos sintamos más relevantes por unos días, por favor. Aun así, voto. Pero espero que tomen nota sus asesores para los próximos comicios.  Atentamente se despide un compatriota cualquiera… pero importante.

Josep Serra Tarragon, Cambrils (Tarragona)


Los quiero conmigo

Estimados partidos políticos: si esta carta se publica, ya se sabrán los resultados de las elecciones y, debido a la incertidumbre por el momento en el que la escribo, me curo en salud y me dirijo a todos vosotros con una urgente petición. Tengo 19 años y la suerte de haber crecido en una familia a la que estoy muy agradecida por todo lo que han hecho por mí. Mis padres y hermanos me enseñan cosas cada día: sobre todo, de mi persona. Y ese autoconocimiento también me es imprescindible para (en lo posible) conocer a los demás. Y considero una fortuna inmensa que cada semana pueda ver a mis cuatro abuelos. Recuerdo que de pequeña mi yayo me contaba historietas de su infancia. Creció durante la Guerra Civil y la posguerra. Sus memorias me transmitieron la forma en la que un párvulo de entre cuatro y siete años lidió con el conflicto. Después, cómo un adolescente se quedó sin padre y a la edad de catorce tuvo que trabajar (y de ahí en adelante) para dar de comer a cinco personas.  Mis abuelos son ejemplo de esfuerzo y amor. Me considero una ganadora en la lotería de la vida para con ellos. Pido con vehemente profusión que todos los políticos consideren el valor de estas vidas. Para mí, son irremplazables. Ninguna sociedad podría sobrevivir sin los mayores. Por ejemplo, ¿quién contaría la historia? Me refiero a los acontecimientos personales. Esos solo los puede transmitir el individuo. Ningún colectivo puede hacerlo en su nombre. Pero tampoco grupo alguno puede decidir su destino si los deseos de los ancianos se pierden de camino a su boca. Yo los quiero aquí, conmigo.

Teresa Benet Casaña, Moncada (Valencia)


Al borde de la catástrofe

Egipto y Emiratos, y parece que también Arabia Saudí, apoyan a Hafter y patrocinan su avance hacia la conquista de Trípoli, donde se encuentra el Gobierno reconocido por Naciones Unidas. De nada ha servido que la comunidad internacional, a través de la visita de António Guterres a Trípoli, haya intentado evitar el choque militar. En cinco días de bombardeos, la ONU ya ha denunciado el desplazamiento de miles de personas, y las cifras van a aumentar porque lo que está en juego para Hafter y sus apoyos internacionales son los recursos naturales y el control del territorio. Si la situación ya era grave para los ciudadanos y los miles de emigrantes que en Libia sobreviven en auténticas condiciones de esclavitud, el panorama no hará más que empeorar. Libia, ante la mirada atónita e indiferente del mundo, camina hacia la catástrofe humanitaria.

Pedro García, Sant Feliu de Guíxols (Girona)

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Caciques

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Caciques

EL BLOC DEL CARTERO

Hace más de cien años Joaquín Costa publicó un libro, Oligarquía y caciquismo, que debería ser de lectura obligada si no en la escuela –que no estaría mal al menos citarlo y leer algunos fragmentos–, sí entre quienes se postulan para ejercer responsabilidades públicas. Que el interés de unos pocos, organizados en redes clientelares que remuneran la lealtad a quien manda, prevalezca una y otra vez sobre el interés general es un residuo del espíritu feudal y medieval que, si ya en 1901 era escandaloso, en pleno siglo XXI, y bajo un Estado que se dice social y democrático de derecho, representa un anacronismo aberrante. Y, sin embargo, como nos recuerda una lectora, el caciquismo no solo no es un fenómeno desterrado, sino que sigue ahí, bien pujante, y no solamente en pequeños pueblos o regiones más «atrasadas». ¿Hasta cuándo?

LA CARTA DE LA SEMANA

Caciques

Se acercan las elecciones municipales y los habitantes de cada pueblo, por pequeño que sea, tendrán que elegir a su alcalde. Suena anacrónico, pero la realidad es que en muchos de estos pueblos continúa existiendo el típico cacique que se cree amo y señor del Ayuntamiento y con derecho a hacer lo que le dé la gana. No tiene escrúpulos a la hora de cambiar votos por favores y aspira a mantenerse en el cargo por el sueldo y el poder que le suponen.

Los candidatos honestos, sean del partido que sean, que ven el cargo de alcalde como la posibilidad de mejorar la vida de sus conciudadanos, a pesar de que ocuparse de esta dura tarea les suponga tener que reorganizar toda su vida, no tienen nada que hacer frente a los caciques y toda su camarilla de amigos y conocidos. No voy a revelar cuál es mi pueblo por razones obvias, pero puedo asegurar que esto existe en la actualidad y es algo contra lo que es muy difícil luchar. Deséennos suerte.

Teresa B. F. Correo electrónico

Por qué la he premiado… Por recordar ese pasado que sigue ahí, amenazando el futuro.


Increíble

Tras leer la entrevista al cocinero Dani García (XLSemanal del 14 al 20 de abril), quisiera matizar ciertos puntos. Primero: no todos los cocineros somos jefes de cocina en restaurantes tres estrellas Michelin ni trabajamos en partidas. Somos 3 en 1 (cocineros, ayudantes y limpiadores) a la vez. Pruebas la comida, sí (por ello nadie engorda, doy fe de ello). Pero tienes tanta presión que no puedes parar un segundo, no tienes tiempo (ni te dejan) para comer. Y cuando terminas tu turno, estás tan cansado y desmotivado que solamente quieres irte a tu casa. Segundo: hacer deporte (si te da tiempo), entre turno y turno, claro que puedes. Es más, deberías hacerlo. Uno, por tu salud mental (olvidar el estrés del trabajo). Dos, para intentar tener una vida. No que la vida sea tu trabajo. Tercero: hay algunos restaurantes (cada vez más) que, al firmar el contrato, te hacen firmar una hoja en la que hay muchos matices. Uno de ellos es no poder beber y comer en tu turno. Eso significa que no puedes probar ni una simple patata frita, que la cámara zoom te estará vigilando. En resumen: acabas perdiendo como mínimo dos tallas de ropa y, en algunos casos, deseando ir al paro para recuperarte anímica y mentalmente. Esa es la realidad de la hostelería en España.

Mayte Rosales Suárez (A Coruña)


Desde Polonia con amor

He viajado tres mil kilómetros para votar en las pasadas elecciones generales. Desde Polonia, donde, como muchos otros jóvenes españoles, encontré un trabajo más rápido y con mejores condiciones que en España. Allí, el paro es del 3,5 por ciento. En aquel país, las parejas de veintitantos se van a vivir juntos, se compran un coche y se hipotecan, porque ambos tienen con esa edad ya un contrato indefinido. Y no hablo de minijobs, son trabajos de verdad, en grandes corporaciones: IBM, Accenture, HSBC, UBS… Los bajos costes salariales y de establecimiento hacen del país un paraíso para las grandes empresas y genera disparates como que sean polacos que hablan español los que lleven la contabilidad de empresas españolas. Atentos ahí, la amenaza no viene en patera, viene del Este; y en el futuro serán indios –el mercado, amigo–. España debe combatir esta fuga de empleo con incentivos para las empresas. Simular las condiciones de los países del Este con la creación, por ejemplo, de un contrato para gente sin experiencia exento de impuestos. Pero todo esto parece importar poco a los españoles, que votan motivados por el conflicto catalán, el aborto, la eutanasia o la tauromaquia. Que miles de españoles no puedan volver del extranjero parece no importar a nadie. Lo que importa es que se respeten las delicadísimas sensibilidades nacionales.

Manuel García Hurtado (Granada)


Habían sido fumadores

Hoy, en la tranquilidad de un domingo, hago recuento y compruebo que en el plazo de un año he atendido a cinco personas con cáncer de pulmón, lo cual, para que me entiendan los profanos, es una acumulación poco común para un médico de familia como soy. En unos casos he debido ser yo –que, por cierto, para eso estoy y para ello me pagan– quien ponga la flecha en la diana de la sospecha diagnóstica y en el aspecto comunicacional derivado de decirle a alguien que tiene un cáncer y que daría para un texto muy amplio. En otros casos, el diagnóstico ha venido de la mano de otros especialistas. Tres mujeres y dos hombres: todos, entre los 55 y los 75 años, predominando, eso sí, los más jóvenes. La mayoría habían sido fumadores, aunque casi todos lo habían dejado. Cuando veo a un adolescente que se echa un pitillo por la calle mientras va al instituto o al colegio, me digo: si supiera que casi con seguridad acabará siendo un adicto y pondrá en riesgo tanto su vida como su calidad de vida, no lo haría, pero en este ámbito nada puedo hacer. Y pregunto a las administraciones públicas: ¿para cuándo una financiación razonada, como ya se hace en algunas comunidades autónomas, de los fármacos para dejar de fumar? Sobre la industria tabaquera ningún comentario; creo que no hace falta porque suficientes muestras ha dado ya.

Agustín Salazar García (Correo electrónico)


Dar ejemplo

Es cierto que cuesta educar bien a los hijos, pero quizá sería más fácil si nosotros, los padres, nos esforzásemos en ser mejores, ya que un buen ejemplo vale más que mil sermones. Este niñito que está haciendo una genuflexión en la iglesia donde asiste todos los domingos a misa con sus padres y dos hermanitos dejó pasmados a los suyos porque lo imitó sin que nadie le hubiera dicho nada, y eso que apenas tiene diecisiete meses. Conozco a una niña de tres años a la que le encantan los dulces y no era capaz de dar uno ni a sus hermanos ni a nadie. La última vez que fui a su casa le llevé una caja de bombones, me dio las gracias, la abrió y repartió entre los presentes, que por, lo menos, éramos nueve o diez. Asombrada, le pregunté cómo se había vuelto tan generosa y ella me contestó: «Me lo explicaron mis padres, dicen que hemos de compartir». Conocí a un señor tan amable, tan educado, tan elegante y distinguido que pregunté a un amigo suyo cómo podía tener aquel hombre tanta perfección, y me contestó con toda naturalidad: «Es que su madre era así».

María Rosa Bonals (Terrassa)


Multa a España

Las cosas hay que hacerlas en su debido momento. Y no llegar tarde. Entonces hay multa. Como prueba de ello, tenemos la reacción del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Evgeni Tanchev, quien propuso que se condenase a España a pagar una multa de unos 80 millones de euros por el retraso para aprobar la nueva ley hipotecaria, que finalmente entrará en vigor en junio próximo después de que fuera publicada el sábado 16 de marzo. Los gobiernos de Mariano Rajoy y de Pedro Sánchez hicieron dejación de sus funciones. Ahora lo pagaremos todos.

Enric Barrull Casals (Girona)


Cajeros automáticos

Año tras año, cuando empieza la temporada turística, desde la acera de enfrente de mi local, observo las pequeñas historias que genera un arcaico cajero automático de más de veinte años. Como si de un monstruo de las galletas se tratara, el viejo cajero va engulléndose una tarjeta tras otra y, por muchas patadas que le propine el cliente, la mayoría de las veces no las devuelve. He visto a extranjeros llorar porque se quedan sin dinero para el resto de sus vacaciones, gente que pierde un avión porque no puede pagar un taxi y no tiene más tarjetas, personas que para volver a sus casas tienen que andar hasta diez kilómetros porque se han quedado sin dinero, y si desgraciadamente es viernes por la noche, solamente puedes recurrir a familiares y a amigos para que te presten. Y yo me pregunto: ¿no tendría que haber una ley que obligase a los bancos a cambiar los cajeros cada cinco años? O que en nuestros tiempos, en plena era digital, obligara a que en todos los cajeros pongan un lector de tarjetas sin tener que introducirlas por la ranura. ¿O es que los bancos ante estos casos no tienen tampoco responsabilidades? Los más perjudicados son los turistas de la tercera edad, que aún no están acostumbrados a pagar con el móvil, y si viajan solos y con una sola tarjeta, se quedan totalmente desolados.

Esperanza Villalonga Barber, Es Castell (Menorca)


Ahora les toca a los políticos

La ciudadanía ha cumplido con su deber –y lo ha hecho con creces– en las pasadas elecciones generales. Con una participación de más del 75 por ciento del electorado se ha convertido en una de las mayores de la historia de la democracia. El pueblo ya ha hablado y ahora les toca a ustedes, los políticos. Esperemos que sepan leer lo que han dicho las urnas, que olviden de una vez todos los insultos que se han dirigido durante la campaña, que aparquen las líneas rojas y que estén a la altura de las circunstancias. Solamente de esa manera podrán demostrar que realmente les importa España.

Mario Suárez, Pilas (Sevilla)

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Reciclarnos

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Reciclarnos

El bloc del cartero

Coinciden unos cuantos lectores en llamar la atención sobre nuestras contradicciones ante el problema primero que enfrenta la humanidad, y que no es otro que la alteración de su único hábitat hoy posible, este hermoso planeta azul, hasta el punto de comprometer seriamente nuestra supervivencia. Como dice uno de ellos, el planeta no podremos destruirlo y alguien lo heredará, pero estamos cerca de destruir nuestro futuro como especie. Para impedirlo, son necesarios unos cuantos ajustes en nuestra forma de vivir y, en particular, en las comodidades a las que nos hemos acostumbrado. ¿Será verdad, como sugiere una de las cartas, que preferimos sucumbir conservando esas comodidades? Más que reciclar vidrio o plásticos, lo que nos toca es reciclarnos a nosotros mismos.

LA CARTA DE LA SEMANA

Euskera, año 1844

La llamada Memoria Histórica debe ser veraz y objetiva, lejos de la hagiografía, pero a la vez de la demonización que nutre las leyendas negras y el silencio interesado que fomenta fobias. El Boletín Oficial de Gipuzkoa del 20 de diciembre de 1844 publicó el primer anuncio para la convocatoria de unas plazas para las que era requisito imprescindible haber nacido en Gipuzkoa, Bizkaia o Araba y conocer su idioma; la convocatoria fue a su vez publicada en los boletines vizcaíno y alavés. Conviene recordar que esta fue la única convocatoria de una institución pública en aquellos años que tan nítidamente exigía el conocimiento del euskera. Han pasado 175 años desde que gracias a la idea de un guipuzcoano, un vizcaíno y un navarro se impulsó la creación de la institución que convocaba esas plazas. Historia y cultura vascas que es menester conocer. Guardia Civil, 175 urte gurekin, gure ondoan. Mila esker.

Francisco Javier Sáenz Martínez (Lasarte-Oria)

Por qué la he premiado… Por salir al paso, tan saludable-mente, del viejo prejuicio que alimenta la ignorancia.


No reciclo más

Soy cómplice del sistema, lo reconozco, y ahora tengo que pagar la culpa también. El cambio climático nos ha pillado contaminando ríos y mares, desperdiciando agua, asfixiando al mundo en plástico y contaminando la atmósfera a ritmo de coche y avión. Pero no puedo más. Reciclo plástico y cartón (bueno, separo; de lo otro, se supone, se encargan otros). Pero sin mucha fe, lo hago por egoísmo, por no sentirme mal: no creo que evite nada. ¿Pero y los políticos?, ¿pueden hacer más? ¿Algo para que no me sienta tan mal? No parece. Así que me rindo. Todo está diseñado para contaminar, y no estamos dispuestos a cambiar de vida para evitarlo, ¿no? Pues no reciclo más. Y desde hoy pediré bolsa de plástico en el súper.

Andrés Legaz Pellicer (Correo electrónico)


El poder de la naturaleza

Las abejas sobrevivieron al incendio de la ‘primera dama’ de París. El azar así lo quiso. Un ejemplo más del poder de la naturaleza por salvarse a sí misma frente a toda destrucción irracional del hombre. Victor Hugo lloraría ante el hogar calcinado que protegió a su Quasimodo de los horrores que la vida real le impuso. Esa misma vida que se basaba en una desconexión profunda con la naturaleza. Él dijo: «Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha». Perdimos un patrimonio emblemático de siglos. Pero, a la vez, la vida de estos pequeños e importantes seres se impuso a las llamas. Ahora solo nos queda esperar que el gran poder de la naturaleza para seguir adelante infunda un atisbo de esperanza a los que aún creemos en revertir lo que la mano del hombre ha impuesto.

Pablo Carmona, Archena (Murcia)


Apáticos culpables

Leo en XLSemanal que se han detectado en el aire de los Pirineos cantidades alarmantes de microplásticos, similares a las que hay en París, provenientes de «embalajes y fibras textiles». Unas páginas más adelante leo un reportaje con fotos de hombres musculados: «Tecnología textil: (…) fibras sintéticas para pasear con estilo por la ciudad». ¿De qué nos quejamos? Somos la generación de la culpa, la que se lleva las manos a la cabeza porque nos estamos cargando el planeta o, más bien, a nuestra especie: el planeta seguirá existiendo sin nosotros. Nos ahogamos en nuestra propia contradicción. En las altas esferas tenemos como ejemplo a un presidente, adalid de la economía verde, que acostumbra a desplazarse en avión. ¿Quién entre nosotros está dispuesto a renunciar a la comodidad, a los avances de la tecnología o incluso al estilo de vestir de los chicos del reportaje? No parecemos darnos cuenta de que lo mejor para seguir vivos es lo peor para el estilo de vida que nos hemos inventado. O cambiamos o nos liberamos de la culpa y aceptamos que todo tiene un final, y que al nuestro se llega por el camino del progreso y la comodidad.

Esperanza Rodríguez, Vega (Málaga)

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Estadistas

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Estadistas

EL BLOC DEL CARTERO

Muchos pretenden serlo, pero cada vez menos lo consiguen. Para llegar a ser un hombre –o una mujer– de Estado, hay que entender que el Estado, a estas alturas del siglo XXI, no es el Leviatán que sirve a las propias ansias de poder o para dar a las vidas de los demás la forma que uno prefiere y a los afines gusto y prebendas, sino la única garantía real de los derechos y libertades de todos tus conciudadanos, correligionarios o no; en especial, de aquellos que son más débiles y no tienen otra instancia a la que acudir. Y aplicarse con inteligencia y pasión a esa tarea. Como han reconocido incluso sus adversarios –salvo aquellos que viven de esconder las vigas en el propio ojo detrás de la paja en el ajeno, que a nadie le falta-, Alfredo Pérez Rubalcaba fue un hombre es Estado. Se le echará de menos.

LA CARTA DE LA SEMANA

Más Schopenhauer

Acabo de terminar segundo de bachillerato y me encuentro en ese difícil momento de decidir sobre el futuro. He aprendido matemáticas, lengua castellana, inglés, euskera, física, latín, historia, filosofía… Pero por encima de todo he aprendido que es la utilidad de esos conocimientos la que los llena de sentido. Cuando uno se plantea estudiar filosofía, la mayor dificultad que se le presenta es la de lidiar con preguntas y miradas que vienen a decir «y eso para qué» o «qué desperdicio, si parecías lista». Y entonces toca justificarse diciendo que la filosofía es necesaria en la educación porque fomenta el espíritu crítico, que es cultura general… Aunque no sirviera de nada aplicable al mercado o al funcionamiento de las instituciones, ¿por qué habría de desaparecer? ¿Es que su valor no puede radicar en responder a la curiosidad humana, a la necesidad de conocer? Un poco más de ars gratia artis; el alma también necesita alimento. Menos Eisenhower y más Schopenhauer.

Maite R. I. Vitoria-Gasteiz (Álava)

Por qué la he premiado…Por el alivio y el aliento que da comprobar que hay mentes tan jóvenes y tan despiertas.


Ciudadanos de la tierra

Hace tiempo que el cielo perdió su azul. Un monstruo silencioso contamina los océanos, asesina a sus habitantes y se expande cada vez más. La criatura es ya tres veces más grande que España, y sigue creciendo. Las mareas suben y el Ártico se derrite. El aire es cada vez más tóxico. Una sola especie está llevando a la extinción a todas las demás. El planeta se calienta, pronto todo será un desierto. El peligro es real. Los políticos le restan importancia, por el bien de sus carteras. Por los errores de unos pagaremos las generaciones futuras. Y a pesar de que las pruebas demuestran que la amenaza es real, la isla de plástico sigue creciendo en el Pacífico, las temperaturas ascienden y un futuro sostenible parece lejano. Tengo 14 años y, al igual que el resto de los adolescentes, soy consciente de esto. Solo falta que ustedes, adultos, reaccionen.

Mar A. E. (Castellón)


Adiós a un político de altura

La grandeza de una persona la da su talla moral, y Alfredo Pérez Rubalcaba iba sobrado de ella. Lo conocí en 1992 durante un evento del Partido Socialista en Mallorca. Era entonces ministro de Educación. Por entonces, yo era un inmigrante legal con contrato de trabajo y dependía de la homologación de mi título de médico especialista para poder ejercer en España. Los funcionarios del departamento de homologaciones en Madrid me daban largas a un trámite administrativo que, por convenio de reciprocidad internacional, debía resolverse a mi favor. Pude plantearle personalmente mi problema derivándome a un asesor suyo que tomó nota del caso. Si bien en la resolución del asunto nada tuvo que ver el ministro, tuve la sensación de que era más accesible que los funcionarios de su ministerio. Es una simple anécdota, pero muy significativa de su calidad como persona. Los políticos actuales deberían tomar nota y ejemplo de Pérez Rubalcaba.

Jorge Skibinsky, Son Ferriol (Islas Baleares)


Facha y retrógrado

Fue un gran intelectual y un incansable luchador, junto con Marañón y Pérez de Ayala, por la instauración de la II República española, con el posterior desencanto de los tres. Si resucitara ese gran intelectual, lo machacarían con acusaciones de facha, patriotero y retrógrado. «Yo amo con exaltación a mi Patria, y antes que a la libertad, antes que a la república, antes que a la federación, antes que a la democracia, pertenezco a mi idolatrada España». Era un gran español y un gran intelectual. Se llamaba José Ortega y Gasset. El título de uno de sus libros, España invertebrada, suena a palpitante actualidad.

José Fuentes Miranda (Badajoz)


El sector del juego

Me gustaría romper mitos sobre un sector del que viven más de 120.000 personas en España y que aporta más de 1200 millones de euros a las arcas públicas. Me refiero al sector del juego, industria de la que rara vez se mencionan sus pros, pero sí sus contras. Los juegos de azar son una actividad de ocio plenamente normalizada en la sociedad. España se encuentra entre los cuatro países del mundo occidental con menor índice de juego problemático: el 0,3 por ciento. Los empresarios del juego no eligen ‘estratégicamente’ barrios vulnerables para abrir sus locales. La propia idiosincrasia de este tipo de negocio hace que estos establecimientos proliferen en arterias de mucho tránsito, como cualquier otro negocio cuyo objetivo es la rentabilidad. Además, el sector está a favor de que se regulen las distancias entre los salones de juego y también de centros escolares. Por otro lado, los menores nunca han sido el público objetivo del sector del juego. En cuanto a la regulación de la publicidad del juego presencial, se requiere autorización previa en la mayoría de los casos; aun así, el sector del juego lleva años pidiendo que se ordene la publicidad on-line y la del juego. Nos encontramos con un sector comprometido con la sociedad, que cumple con la legislación e impulsa medidas de juego responsable.

Alejandro Landaluce, Director General de CEJUEGO (Consejo Empresarial del Juego)

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Derecho

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Derecho

El bloc del cartero

Desde hace algún tiempo hay entre nosotros quienes se empeñan en anteponer a las leyes, y a su recta y pulcra aplicación, presuntos principios superiores que nacen de profundidades telúricas que solo ellos saben interpretar debidamente. Como es bien sabido, sus afanes y arrebatos han causado unos cuantos destrozos en el seno de la sociedad a la que iban a salvar y en sus propias filas, donde se han abierto huecos cuyos ocupantes duermen ahora en celdas. Triste historia que, se lo advierte esta semana un lector –y ya se lo ha empezado a decir Estrasburgo–, solo podrá reconducirse volviendo al Derecho, esa modesta y grandiosa herramienta que nos legaron los romanos y que, por suerte, ha encontrado entre nosotros a quien sabe usarla con destreza. Luego, sin duda, habrán de emplearse otras. Luego.

LA CARTA DE LA SEMANA

Cuídate, chaval

Desde que tengo uso de razón, fantaseo con visitarme en el futuro. Hoy, la perspectiva es otra: ¿cómo sería una hora a solas con este niño? Viajar a través de tiempo y espacio para toparme echando la siesta. ¿Dibujamos algo juntos? Pongo Wish you were here, de Pink Floyd, un vinilo de mi padre. Lo tenemos grabado a fuego en el cerebro. Por cierto, el tuyo es diferente. Los cerebros tienen una corteza (como las naranjas). La nuestra no se ha desarrollado bien. La parte de la frente se encarga de inhibir impulsos. Nuestro inhibidor de impulsos es perezoso, amigo. Cuando seas mayor, alguien pondrá nombre a esta anomalía y dirá que tenemos TDAH. Le explico que los obstáculos superados le llevarán a ser cada vez más luchador y resolutivo. Le ahorro detalles traumáticos. ¿Cómo advertirle de que la vida que le espera pondrá en riesgo su existencia varias veces? En los tres cuartos de hora que dura el disco hemos serigrafiado una camiseta con el dibujo hecho por los dos. Sabía que te la llevarías puesta. Gracias por la visita, chaval. Cuídate mucho.

Guillermo Iraola Gorospe (Lasarte-Oria)

Por qué la he premiado… Por esa hermosa historia de autoconocimiento, con final solidario y feliz


Lo que debería importarnos

Muchos están en casa intentando gestionar lo que queda de pensión este mes; otros trapichean con el precario sueldo que los hace trabajadores pobres; muchos llegan tarde a casa tras jornadas agotadoras y se ponen la tele y se anestesian. ¿Se les puede pedir algo más? Digo que sí, que por lo menos vean el reportaje de Lourdes Gómez sobre los fotorre-porteros. Es duro. Cuesta mirar. A ellos les costó enfocar su cámara, jugarse quizá la vida para que ustedes se enteren de que «hay una vida a la deriva», o de que Yana lloró cuando detenían a su madre, o que dos afganos huían mientras uno de ellos posaba su mano protectora sobre la cara exhausta del amigo. Hagan un esfuerzo. Hay más vida fuera. Una vida quizá más dura que la de ustedes. Los reporteros que cruzan fronteras hacia la guerra se juegan lo más valioso que tienen: la vida. Algunos en calidad de freelance, lo que garantiza libertad, pero no trabajo estable. Les pido mucho, lo sé, pero la información abre la mente y cambia la vida. Les pido que miren más allá de ustedes para que cambien la vida del planeta, la de ustedes también.

Pilar Lasheras Asensio (Alicante)


El negocio de las bolsas de plástico

La prohibición de regalar bolsas de plástico comenzó en 2011. Los supermercados comenzaron a cobrarlas. Primero, dos céntimos por bolsa. Más tarde, cinco. Y hoy cada una cuesta diez; es decir, en ocho años su precio se ha revalorizado un 500 por ciento. No seré yo quien diga que reducir el consumo de este material es una tontería, ya que tenemos la obligación de cuidar el medioambiente. Pero unos estudios revelan que las grandes cadenas venden al año una media de doscientos millones de bolsas, que a diez céntimos cada una son veinte millones de euros. Si esto no es un gran negocio, que venga Dios y lo vea. ¿No sería más lógico usar materiales que no perjudiquen el medioambiente? Pienso que sí. Pero como dijo aquel: «¡Es el mercado, señores!».

Mario Suárez, Pilas (Sevilla)


¿Por qué la ‘X’?

Pedro Sánchez ha querido acompañar en el dolor, desde Twitter, a los allegados de Blanca Inés Sancho y de Fernando Hernández. ¿Quiénes son estas personas? La primera, una religiosa de una congregación francesa que enseñaba a coser y cuidaba de mujeres en Nola, una aldea de República Centroafricana. Tenía 77 años. La hallaron muerta en su habitación hace días, mutilada. El segundo, un religioso salesiano de 60 años, muerto a cuchilladas en Burkina Faso. Es el segundo salesiano asesinado en ese país en tres meses tras el ataque yihadista en el que murió Antonio César Fernández. «Un abrazo a sus congregaciones y mi reconocimiento a su labor siempre al servicio de los más necesitados», escribió Sánchez. Pese a los pecados e infidelidades de algunos eclesiásticos, la Iglesia sigue produciendo santos, que están ahí, donde son más necesitados. Por eso pongo la ‘X’ en mi declaración de la renta.

José María Ferreira (Valencia)


El presidente de sala

Convendrán conmigo en que el pulso al Estado de derecho desde el ala más rancia del independentismo catalán ha generado dudas sobre la consolidación de nuestra democracia. Y convendrán en que el desarrollo del juicio oral contra quienes encabezaron dicho desafío está suponiendo un indudable refuerzo para ese Estado y esa democracia. La sapiencia, la cordura, la firmeza y la flexibilidad del presidente de sala suponen para todos, incluidos los más aventados rupturistas, un reforzamiento de una España democrática que funciona a pesar de aquellos que pretenden desmontarla. Permítame el lector proponer al arco político español que piense si la inteligencia del juez Marchena no debiera ser plagiada hasta la extenuación por aquellos que conforman las Cortes; si no es ese equilibrio lo que necesita España para consolidarse como un referente de libertades, de democracia y de justicia. Gracias, señor Marchena, por habernos devuelto la confianza en nuestras instituciones, en un futuro para nuestra patria en la senda de una democracia real, cercana y definitivamente consolidada.

Lorenzo Peñas Roldán (Murcia)


Puedes mandar tu carta por correo electrónico a xlsemanal@tallerdeeditores o por correo postal a XLSemanal; sección Cartas; Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 1.º (28027) Madrid. La dirección se reserva el derecho a publicar, editar y cortar las cartas por razones de espacio y claridad. No se mantiene correspondencia.

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Broncas

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Broncas

BLOC DEL CARTERO

¿Y si las broncas que cada vez más constituyen el pan y la comidilla de cada día, esas que estallan casi siempre por un dime o un direte, y que van generando otros dichos que a su vez serán la semilla de nuevas confrontaciones, no fueran más que una gigantesca pérdida de tiempo en la que se nos van energías, ideas y recursos que necesitamos para otros asuntos más provechosos? ¿Y si los ‘zascas’, y antes de ellos los memes y las virulencias varias, junto con todos los comentarios hirientes o denigrantes, no fueran en realidad nada por lo que deba uno darse por aludido? ¿Y si resultara que de su chispa solo brota una llama ilusoria que perfectamente puede eludirse, para sustituirla por el calor de cualquier hogar acogedor? ¿Y si dejamos al pendenciero bramar solo a la nada, hasta que descubra su esterilidad?

LA CARTA DE LA SEMANA

Démonos por eludidos

Mi desmesurado amor propio me induce a considerarme un ser irrisorio. Ofrezco infinitos motivos de burla a cualquier sañudo que desee desfogarse conmigo asaeteándome con su repertorio de chistes ofensivos. Supongo que es fácil reírse de mí; sin embargo, no lo es tanto que yo me dé por aludido. Será por mi ausencia de solemnidad y mi propensión a tomarme en serio muy pocos asuntos; entre ellos, la risa. Creo que la inquina de muchos para con los humoristas reside en lo muy en serio que los primeros se toman a sí mismos. Si una humorada no resulta graciosa, es suficiente con no reírla. Bastante humillante es para un cómico no provocar la pretendida carcajada como para encima ser anatemizado por aquellos que se sienten insultados por un chiste lacerante. Habría que practicar la autoparodia con mayor asiduidad, para que no nos permee tanto la chanza de quienes buscan ridiculizarnos. En lugar de encolerizarnos puerilmente, démonos por eludidos. Jon Arza Pérez. Pasai Antxo (Guipúzcoa)

Por qué la he premiado… Por el consejo tan sabio y útil para evitar la mala sangre innecesaria.


Entrar en la salida

Son muchas –y cada vez más– las personas mayores. Son muchas las voces que la soledad y el olvido no deberían silenciar. Entrando en la vejez la suerte está echada, ya se ha llegado adonde se pretendía o adonde se ha podido llegar. Todas las cartas se han mostrado y casi todas se han jugado. Pero todavía resuena en el aire el brioso «¡hagan juego!». Todavía. El futuro se ha encogido de parecida manera a como se alargó el pasado, las expectativas decaen, se aligeran, la ambición se relaja. Se reducen el número y el tamaño de los proyectos, que son ya a más corto plazo; una moderación que viene impuesta. El viejo está obligado a mimar el pájaro que tiene en su mano y olvidar las elegantes evoluciones en el aire de los otros cien volando. Los días se escurren por las grietas del calendario. No le queda otra que huir hacia delante. Todo se ha vuelto volátil, quebradizo, mientras asiste atónito –¡qué remedio!– a la fragilidad del tiempo. Es la escenificación de su condición fugitiva y resbaladiza. Así, no sorprende demasiado que en la vejez proliferen las caídas… ¿O es por el susto de ver el final tan cercano? ¡Ay!, esa turbadora sensación de entrar, de entrar en la salida.

Carmelo Carrascal (San Sebastián)


Ordenando el pasado

Pensaba ser de las pocas personas a las que les cuesta desprenderse de las cosas, pero ante la proliferación de métodos para organizar el hogar descubro que estaba equivocado. Interpelado por un hijo al ver el estado abarrotado y caótico del camarote –«no nos dejarás todo esto para tirarlo…»–, empiezo a aplicar en las categorías de libros, papeles y objetos sentimentales una mezcla de los métodos: minimalista (estilo de vida que busca reducir las pertenencias físicas y necesidades al mínimo); las 5S [clasificar, ordenar, limpiar, estandarizar y mantener la disciplina (en japonés, estos cinco términos empiezan con ‘S’, de ahí el nombre)]; KonMari (conservar solo lo que es útil y te hace feliz, tener conciencia de lo que tienes, un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio); Streamline (clasifica tus pertenencias en ‘trasto’ –tirar o reciclar–, ‘tesoro’ –guardar– y ‘traspaso’ –vender o regalar–, si entra algo nuevo, sale algo viejo). En estado de fluidez, me sumerjo en la tarea y retorno al pasado, recuperando momentos y sensaciones que había olvidado. Vacío, filtro (necesito o uso o me hace feliz), elimino (regalar, donar, reciclar), limpio y ordeno. Y tomo conciencia de que puedo decir «confieso que he vivido», y cuando termine el resto de las categorías estaré preparado para «el último viaje… ligero de equipaje».

Fernando Serrano Echeverria, Éibar (Guipúzcoa)


Salud y nuevas tecnologías

Recientemente se informó en la revista acerca de un foro sobre la responsabilidad social en la era digital. Yo me pregunto quién tiene la mayor responsabilidad en este asunto de la implantación del 5G y si es una responsabilidad real y no solo es palabrería, porque no vi que se mencionara en ningún momento la problemática de los riesgos de la contaminación electromagnética, la cual se incrementará sobremanera con la llegada de estas nuevas antenas. Así, de hecho, alertó de ello un grupo de más de 180 científicos y médicos de diferentes países, que recomendaron un retraso en el despliegue de esta tecnología debido a que no la consideran del todo segura para la salud de las personas. Por desgracia, tampoco he visto en esta revista nada sobre los países y lugares que han paralizado el desarrollo del 5G debido a sus posibles riesgos sobre la salud, como Bruselas, Ginebra, Lausana, otros cantones suizos y alguno más. Tampoco se tiene en cuenta al hablar sobre estos temas la existencia de personas electrohipersensibles, gente que sufre una dolencia reconocida por el Consejo de Europa. Si según el gurú tecnológico Alberto Levy «lo más importante es la responsabilidad que tenemos como personas», creo que justa-mente como personas responsables deberíamos anteponer nuestra salud a las nuevas tecnologías.

Isabel María Palomo Arroyo, Cartagena (Murcia)


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‘Influencers’

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‘Influencers’

EL BLOC DEL CARTERO

Según nos cuenta un lector, los adolescentes quieren ser influencers, sin saber muy bien con qué, por qué y para qué pueden influir a otros. Sólo porque te da dinero rápido y, como hemos sabido en estos días, te permite conducir un Lamborghini con poco más de veinte años. La figura, junto al selfi, el zasca y el meme, es una seña de identidad de nuestro tiempo, quizá una de sus más acabadas metáforas. Un influencer viene a ser algo así como un hipercomunicador, tan potente que igual da que el objeto de su discurso sea tan nimio como una sombra de ojos o la pantalla de un videojuego. Cosecha likes y seguidores y llegarás al Lamborghini. Disculpen los modernos al cartero que prefiera a ese otro influencer de esta semana que con un abrazo –nada más analógico– infunde paz a un espíritu atribulado.

LA CARTA DE LA SEMANA

Ni de tu propia sombra

Hace poco supe que estamos acabados. Mentira. Disculpen la osadía, pero necesitaba atraer su atención para hablarles de algo importante. El rumebundo es un preciado pajarraco de la Rusia Oriental. Como especie carroñera y de aspecto sórdido y poco amigable, no se puede decir que lleve una vida envidiable. Preciado, pues, no por el valor que se otorga a su longevidad, ínfimo, sino por la extrema semejanza que guarda con nuestras aves de corral, propiedad que ha sido explotada por los estafadores para sustituir la carne de pollo con la de nuestro extravagante pajarito.

Si acaso han decidido, con cara de asombro y agitación, investigar acerca de esta inventada criaturilla, les recomiendo cerrar la pestaña de Google; no encontrarán nada parecido. Pero, por favor, ya que han comenzado a cerciorarse de aquello que se afirma con tajante seguridad, no abandonen tan necesaria práctica. Fiarnos a ciegas, en un mundo de manipuleos y vigilancias, de nada ni de nadie. En fin, si les he sonado algo grosera les ruego, de nuevo, disculpen mi osadía.

María Ruiz de la Cuesta Vela (Pamplona)

Por qué la he premiado…Por sugerirnos la mejor defensa contra los cada vez más abundantes rumebundos.


Lo que ha vestido a Miguel

Miguel es mayor. Me cuentan que antes vivía en su pueblo sin demasiado contacto con su entorno, pero siempre educado y trabajador. Alguien, un día, reparó en que sus facultades cognitivas empezaban a mermar y propuso su ingreso en un centro para mayores. Fue hace dos años. Hasta hace un mes su demencia solo lo obligaba a ir y volver por un pasillo, a entrar en habitaciones ajenas creyéndolas suyas, a tumbarse en el suelo como si fuera su cama y, últimamente, a desnudarse en la sala de estar, a la vista del resto. Lo probamos todo. Lo vieron la neuróloga y la psiquiatra. Le aumentamos la pastilla de la noche. Se la pusimos también por la mañana.

Lo vestimos una y otra vez, pero sus neurotransmisores lo obligaban a volver a desnudarse. Se evaluó que volviera a su casa y, si tenía que desnudarse, que lo hiciera solo, en que no había prospecto donde se leyera «indicado para los que se desnudan». Un último intento a la desesperada ha vestido al bueno de Miguel. Le puse su camiseta y decidí abrazarlo. Él me abrazó más a mí que yo a él. No se ha vuelto a desnudar. Me preguntan qué fármaco he utilizado. No lo he contado hasta hoy a la espera de posibles interacciones o efectos secundarios, pero cada día me pregunto cuántos abrazos habremos dejado de darle.

Luis Alberto Rodríguez Arroyo, Santo Tomás de las Ollas (León)


¿’Influencer’, de qué?

No sé si será la edad o estar algo cansado de las personas que nos «influyen de otra manera» a través de la tecnología (redes sociales, etc.). Se dice que un influencer es alguien con credibilidad sobre un tema en una comunidad determinada. No sé cuál fue el primero ni sabré el último. Me niego a seguir una forma de ver y decir algo que solo avalan cuantos más seguidores estén tras esa persona, sin tener una demostración real sobre su sabiduría.

Hace unos días, en la calle, escuché, perplejo, a un preadolescente indicando a otro la posibilidad de vivir y ser recompensado en un futuro como influencer, pues tendría más seguidores y más dinero. Claro que hemos evolucionado y que la tecnología nos abre nuevas puertas, pero no deberíamos olvidar que todos somos diferentes y que la diversidad es lo que nos hace grandes frente a imposiciones o influencers.

Jesús Guijarro Jorge (Valencia)


A la luz de la farola

Lo hemos visto en un telediario. Un niño peruano haciendo sus deberes en la calle, tumbado en la acera bajo la luz tenue de una farola porque en su casa no podían pagar la electricidad. Esta vez la noticia tuvo un final feliz. Un millonario árabe que supo de este chaval de once años, llamado Víctor, lo ha dotado de una beca hasta que termine una carrera y ha regalado una casa a la familia. Qué envidia de este niño que sin recursos es capaz de fajarse cada noche con los libros para salir de la miseria y labrarse un provenir. Por contraste, da pena ver a tantos niños de nuestro entorno desarrollado, vagos como ellos solos, pegados al móvil incluso cuando duermen y desaprovechando sus buenos años para lanzarse con su esfuerzo hacia el futuro.

Agustín del Pino (Madrid)


Morir matando

Inmoral es presentar un relato novelado como un acontecimiento histórico. Mi padre, Don Juan Ramón Brun, tenía un corazón que no le cabía en el pecho. Jamás negó a nadie su ayuda ni señaló a nadie para ser purgado (…) No era ni comunista, ni anarquista, ni socialista. Sin asistir jamás a un mitin, ni conocer los puntos de la Falange, pidió el carné de falangista por ser lo más opuesto al comunismo (…). Puedo decirles con satisfacción, que no todos los ‘rojos’ eran criminales. Un día, vecinos de La Paúl junto a dinamiteros rojos de Tormos detuvieron a mi padre y lo llevaron a la tapia. Ahí, preguntó a los dinamiteros si le dejaban hablar antes de matarle. Accedieron. Con aplomo manifestó: «Ustedes no me conocen, nunca nos hemos visto. O sea que alguno de los que les acompañan ha tenido que señalarme». Y, uno por uno, preguntó a los pauleros «no habrás sido tú… que te ayudé…» recordando el momento y situación. Ninguno negó lo que mi padre decía y los temidos dinamiteros le dijeron: «Vete a casa».

Conchita Brun (Correo electrónico)


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Identidad

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Identidad

EL BLOC DEL CARTERO

Lamenta un lector que en España, gracias a los pasados y penosos oficios de un pertinaz dictador y a los presentes afanes de quienes buscan dictarles otra patria a sus conciudadanos, se haya puesto cuesta arriba decirse español y declarar que uno se conmueve ante sus símbolos. Por su parte, una lectora, cubana con larga residencia en Barcelona, reivindica su derecho a percibir su identidad en términos estrictamente individuales, sin que nadie le imponga la adhesión a una colectividad que se supone superior a otras. Es posible que nuestra problemática construcción colectiva culmine cuando ambos puedan ser y estar como desean sin que nadie los zahiera ni les dé la tabarra. Ni a uno ni a la otra. Cuando la identidad sea argumento de libertad y no de vasallaje.

LA CARTA DE LA SEMANA

Alcaldes ejemplares

Los alcaldes y concejales, que nos han dejado tantos escándalos, también a veces nos dejan ejemplos de honradez, eficacia y sentido común. En el pueblo turolense de Moscardón, de 53 habitantes, ha sido elegido Manuel Murciano. Es su décima legislatura y han vuelto a confiar en él por las mejoras que ha realizado desde 1979. En el pueblo malagueño de Estepona, de 70.000, han elegido de nuevo con el 76 por ciento de votos a José María García, abogado del Estado, registrador y notario: obtuvo 21 de los 25 concejales. Llegó en 2011 decidido a solucionar los graves problemas económicos de Estepona, con una deuda superior a 300 millones de euros, que ha bajado a más de la mitad. No cobra sueldo de alcalde: con su profesión, dice, gana lo suficiente. Los concejales se pagan sus móviles, no cobran dietas y no hay coches oficiales. En España hacen falta, al frente de los ayuntamientos, alcaldes como estos.

José Martín Escudero (Zaragoza)

Por qué la he premiado… Por recordarnos que otros políticos, otra gestión y, en fin, otro mundo son posibles.

Envidia total

Hace unos días vi la previa de un partido de la final de la NBA en la que salían los dos guitarristas de Metallica tocando el himno estadounidense con una pasión increíble. La gente, con lágrimas en los ojos y una gran bandera de barras y estrellas en medio de la cancha. Al finalizar, la ovación fue descomunal. América, amigos. Y en la parte contraria, los españoles, que parece que cada día nos avergüenza más enseñar nuestros colores porque, gracias al señor Francisco Franco, nos tachan de fachas o en cualquier acto pitan el himno o queman banderas, y cuando las sacamos a la calle es para celebrar algún triunfo de la selección nacional. Siento una envidia total del patriotismo norteamericano, al orgullo de mostrar al mundo entero quiénes son y qué bandera los representa. Espero que con el tiempo y nuestros jóvenes podamos mostrar orgullosos la bandera rojigualda y con la cabeza bien alta decir: «Soy de España».

Luis Ramón Castro Pérez (Zaragoza)


La identidad

Tengo 33 años. Vivo en Cataluña hace casi 10. Nací en Cuba, donde se te impone la ‘cubanía’. Un país en el que desayunas, comes y cenas símbolos patrios. Donde nos creemos que somos los mejores. Sin embargo, desde hace algún tiempo, no me siento tan cubana como antes. En medio de un momento difícil en España, en el que se ponen cada día a debate ‘sentimientos’ de pertenencia o no a una determinada nacionalidad, me pregunto: ¿por qué hemos de etiquetarnos? ¿Por qué nos empeñamos en homogeneizar, cuando la diversidad es el tesoro más maravilloso de la vida? La identidad, creo, es algo individual antes que colectivo. Así que ¿quién dice que por haber nacido aquí o allí tengamos que pensar, hablar, actuar o vestir de un cierto modo? Tengo muchas preguntas y pocas respuestas. Pero tengo claro que soy de allí donde se respeten las particularidades de los individuos. Soy de donde no se cuestione quién soy, sino qué puedo hacer para mejorar el mundo.

Lisandra Muñoz Cabrera (Barcelona)


Meridianamente confuso

«Visto para sentencia». Con estas palabras, el juez del procés, Manuel nervios de acero Marchena, concluyó 52 sesiones de juicio. El quid estará en si hubo o no violencia. Más allá de plazos y sentencias, lo cierto es que hay un problema político que urge resolver, y no se cerrará la controversia sobre lo ocurrido. Lo visto y no visto de cada parte quedó meridianamente confuso. Acusados, abogados y testigos vieron al legendario Custer y su Séptimo de Caballería atacar Catalunya. La  Fiscalía y testigos de las fuerzas del orden denunciaron haber recibido ultrajes, agresiones con objetos contundentes, estragos en material policial, secuestro de agentes en hoteles, humillación y señalamiento en algunos colegios a hijos de policías por parte del profesorado, urnas fantasmagóricas, mossos pasivos… Todos los vídeos visionados en la sala han sido turbadores y nada edificantes. Y, entretanto –como diría Bécquer–, en el ángulo oscuro una asustada e impotente Carta Magna no tocaba el arpa, sino campanas de duelo. El juez Marchena ha dirigido de forma modélica. La sentencia, en octubre. Veremos…

Alberto Fdez. Araújo, Barakaldo (Vizcaya)


Envidia total

Hace unos días vi la previa de un partido de la final de la NBA en la que salían los dos guitarristas de Metallica tocando el himno estadounidense con una pasión increíble. La gente, con lágrimas en los ojos y una gran bandera de barras y estrellas en medio de la cancha. Al finalizar, la ovación fue descomunal. América, amigos. Y en la parte contraria, los españoles, que parece que cada día nos avergüenza más enseñar nuestros colores porque, gracias al señor Francisco Franco, nos tachan de fachas o en cualquier acto pitan el himno o queman banderas, y cuando las sacamos a la calle es para celebrar algún triunfo de la selección nacional. Siento una envidia total del patriotismo norteamericano, al orgullo de mostrar al mundo entero quiénes son y qué bandera los representa. Espero que con el tiempo y nuestros jóvenes podamos mostrar orgullosos la bandera rojigualda y con la cabeza bien alta decir: «Soy de España».

Luis Ramón Castro Pérez (Zaragoza)


La identidad

Tengo 33 años. Vivo en Cataluña hace casi 10. Nací en Cuba, donde se te impone la ‘cubanía’. Un país en el que desayunas, comes y cenas símbolos patrios. Donde nos creemos que somos los mejores. Sin embargo, desde hace algún tiempo, no me siento tan cubana como antes. En medio de un momento difícil en España, en el que se ponen cada día a debate ‘sentimientos’ de pertenencia o no a una determinada nacionalidad, me pregunto: ¿por qué hemos de etiquetarnos? ¿Por qué nos empeñamos en homogeneizar, cuando la diversidad es el tesoro más maravilloso de la vida? La identidad, creo, es algo individual antes que colectivo. Así que ¿quién dice que por haber nacido aquí o allí tengamos que pensar, hablar, actuar o vestir de un cierto modo? Tengo muchas preguntas y pocas respuestas. Pero tengo claro que soy de allí donde se respeten las particularidades de los individuos. Soy de donde no se cuestione quién soy, sino qué puedo hacer para mejorar el mundo.

Lisandra Muñoz Cabrera (Barcelona)


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Justicia

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Justicia

EL BLOC DEL CARTERO

Cuestiona un lector la defensa del Derecho que el cartero hizo en este bloc semanas atrás. Alega las leyes injustas, su aplicación desigual, los incumplimientos del poder. Todas esas ideas son interesantes, sobre todo a los efectos del debate que plantea sobre la desobediencia civil. Para abordarlo al completo, sin embargo, convendría contemplar alguna otra. ¿Es desobediencia civil la auspiciada por quien ostenta y ejerce el poder del Estado en una comunidad, contra una minoría –o una mayoría– amparada por la ley? ¿Es mejor que nuestras leyes actuales el recurso a leyes de elaboración secreta a cargo de un grupúsculo? ¿Es justicia un empeño que no da a cada uno lo suyo, daña a otros y encubre sus maniobras? Para los romanos, que algo sabían de este asunto, la justicia era exactamente lo contrario.

LA CARTA DE LA SEMANA

Un sueño tonto

Hoy es un día de junio caluroso, radiante y floreado, oloroso e idóneo. Pero me resulta chocante, terriblemente derrochador, aburrido. Vacío, hueco, sin sentido, plano; como una falsa estampa. Casi puedo ver cómo se destiñen los colores, cómo se cae el cielo a retazos. Casi logro convencerme a mí misma de que los pájaros han dejado de cantar y han paralizado su vuelo para caer desplomados como rocas. ¡Casi tengo que detenerme para no ir por un paraguas! ¿Cómo puede alguien sentirse tan mal en tan buen día? Como decía Virginia Woolf en su novela La señora Dalloway: «Era un sueño tonto, muy tonto, el ser desdichado». Enviaré estas letras lejos, a algún desconocido al que no logre perturbar con mis apreciaciones o, tal vez, llegue a alguien que se sienta identificado y se dé cuenta de que ya somos dos.

Alexis Landell Lopez (Orense)

Por qué la he premiado… Por si encuentra a su destinatario y acierta a levantarle el ánimo.


Leyes injustas

Tras leer El bloc del cartero de XLSemanal 1650 titulado Derecho, quisiera hacer algunas puntualizaciones. Primera: la “recta y pulcra aplicación de la ley” no existe. Las leyes las elaboran y aplican hombres y mujeres, seres humanos con sus filias y fobias, amén de intereses concretos y todo  ello conforma la interpretación que de la misma hacen. Queda muy bien alabar el Derecho, pero no está de más recordar que es una ‘grandiosa herramienta’ que las más de las veces se utiliza en favor de determinadas clases y en contra de otras y que, por desgracia, en muchas ocasiones, poco tiene que ver con la Justicia. Y, si no, pregunte a cualquier ciudadano de a pie que haya tenido la mala fortuna de tener que enfrentarse a los poderes de turno. Es como el mantra de que «todos somos iguales ante la ley». Sí, pero unos más que otros. Segunda: es decepcionante la interesada ignorancia que demuestra, en todo lo referente a la desobediencia civil, ampliamente documentada y que cualquier estudiante de Filosofía o Derecho conoce. Desde Emerson a Luther King, la desobediencia de leyes injustas ha hecho más por el progreso humano que tanto legalista, amparado en la letra impresa de disposiciones manifiestamente injustas. Y las leyes injustas no son patrimonio de sanguinarias dictaduras. Democracias consolidadas han aprobado barbaridades como la esclavitud y la más bestial discriminación racial. Tercera: querer eliminar problemas políticos a costa de judicializarlos no lleva más que al enquistamiento del conflicto. La estupidez y mala voluntad de tanto político que vive del conflicto debería ser punible. Cuarta: a muchos nos gustaría ver el mismo celo punitivo en todos los incumplidores diarios de tanto artículo de la Constitución que simplemente no cuenta porque al sistema no le interesa.

Jose Mari Goienola Montoia (Bilbao)


Habermas cumple 90

Jürgen Habermas (Düsseldorf, 1929) acaba de cumplir 90 años. Es una buena noticia que siga entre nosotros uno de los mayores filósofos de nuestro tiempo. Habermas es epígono de la Escuela de Fráncfort, pero ha destacado por desarrollar su propio pensamiento en torno a la teoría de la acción comunicativa, según la cual existe un a priori lingüístico, de carácter pragmático (a saber, la voluntad de entendimiento que se presupone a todo usuario del lenguaje) que posibilita el diálogo y la comunicación entre los seres humanos. Partiendo de la universalidad de esta capacidad anidada en nuestra razón, Habermas defiende la solución de los conflictos por medio de la negociación y la democracia social y participativa en lugar de cualquier forma de totalitarismo. Para él, la Unión Europea es una forma válida de cooperación entre países y culturas, que es un ejemplo para el mundo. Cree que las religiones, más allá de sus diferencias, contienen un factor universal de moralidad sobre el que cabe ponerse de acuerdo. Sostiene que la modernidad no ha acabado aún de dar sus frutos, en contra de los voceros del posmodernismo. Previene de los excesos de la tecnología, del desastre ecológico y de la manipulación genética. Ejerce el pensamiento crítico sin ofender. Mantiene la vigencia de la filosofía frente a la hegemonía omnímoda de la ciencia. Habermas representa el espíritu de la reflexión ejercida con libertad a la vez que con sentido común, expresándose de modo racional, abierto y moderado. Todo un modelo.

Pedro Feal (Correo electrónico)


Aprender chino

Cuando me preguntan por qué mi hija no está en el grupo de chino (mandarín, el continental, el de la dictadura, no el cantonés, el de Hong-Kong, el de la libertad) ni en el de piano de sus actividades extraescolares, mi respuesta, invariablemente, es «no le gusta». De todos modos, hoy está mal visto reconocer que tus finanzas van justas y que otro gasto mensual descolocaría el presupuesto familiar, así que esta –por otra parte razonable– respuesta se suele evitar. Evidentemente, siempre se puede prescindir de algún gasto superfluo si el motivo lo merece, pero no es el caso. A decir verdad, los motivos que no suelo dar son dos: 1) No tiene sentido educar a las niñas como a princesas de Salzburgo del siglo XIX cuando las personas influyentes de la sociedad no distinguen entre el infinitivo y el imperativo y los chicos que andan por la calle se mueven en el nivel de porno, tatuajes, culos y reggaeton. Cuando llegue la hora de abrirse camino y de los inevitables emparejamientos, no quiero ponérselo aún más difícil. 2) En el probable caso de que todas las empresas occidentales estén en manos de capital chino en un futuro no lejano, la diferencia entre enviar un correo de respuesta a tus futuros jefes en inglés o en chino mandarín va a ser del todo irrelevante. Lo que marcará la diferencia entre unos trabajadores y otros es que el correo sea enviado el sábado a las tres de la mañana y que el trabajador tenga claro que su salario se ajustará semanalmente a la productividad dictada por un algoritmo automatizado. En chino, inglés o álgebra.

Stan Aryas, Collado Villalba (Madrid)


Esto es la guerra

Esto es la guerra. Sí, lo creamos o no, es así, una guerra silenciosa donde los reyes mueven sus peones para conseguir ganar la partida. ¿No me crees? Ahí tenemos cómo día tras día esta o aquella empresa amenaza con un expediente de regulación de empleo o con cerrar el chiringuito e irse a otra parte donde las condiciones sean más benévolas. Ahí están los reyes. Y entonces entran en juego los peones, los obreros, que, arengados por sus superiores, cargan en continuas protestas contra los gobiernos exigiendo condiciones más favorables para sus jefes. Esto es la guerra, la guerra del «yo tengo el dinero y hago lo que quiero». Tú eliges cuánto vales, cuánto vale la igualdad de derechos y deberes, cuánto vale todo lo que se ha luchado a lo largo de la historia para conseguir un estado con condiciones más igualitarias. Todos hablan de la Constitución, ¿alguien se la lee? Y no, no es una guerra de todos los empresarios, sino de los que quieren saltarse las reglas chantajeando y usando al oprimido, eso también es romper España.

David Collazo Dubra, Golmar (A Coruña)


Decidir de qué morir

Es recurrente periódicamente el fijarse en algún caso de dependencia severa para impulsar la idea de que la vida digna pasa por poder decidir cuándo morir. Quienes trabajamos en salud sabemos que los dramáticos casos de dependencia no son aislados, y posiblemente todos nos hayamos preguntado en algún momento de debilidad si es humano que determinados pacientes sigan viviendo. Personalmente, la respuesta me la han dado los cientos de cuidadores, generalmente hijas y nueras, también hijos y yernos, madres y padres que, año tras año, día tras día, cuidan a personas que viven situaciones semejantes a la de Ángel, junto con su familiar frágil y dependiente, y el testimonio de cientos de enfermos que, como María José, han visto avanzar su enfermedad al extremo de anular lo que hasta entonces consideraban era ser persona, con momentos malos, de desesperación, y momentos buenos, de aceptación y gratitud por estar un día más. La vida se empina. Tenemos miedo a sufrir, a que nos cuiden, pero llama la atención que, entre quienes padecen, los que solicitan la muerte inducida son pocos. Es nuestra naturaleza. El suicidio asistido no es una alternativa. Aceptarlo socialmente añade sufrimiento al sufrimiento. Miles de luchadores, de héroes anónimos, pueden pasar a sentirse cuestionados en su derecho a ser atendidos incondicionalmente, pase lo que pase. El tener a nuestras familias dedicadas a nuestro cuidado es un hecho natural, el que la sociedad nos asista es un derecho alcanzado tras años de lucha. Con el suicidio asistido, el seguir viviendo pasa de ser un hecho a ser una elección, lo que añade a la enfermedad el sufrimiento de sentirse responsable, por decisión propia, del perjuicio ocasionado a la familia o la sociedad, poniéndonos en la cruel tesitura de decidir qué día morir.

Juan Ignacio Redondo Campos (Pozoblanc)


En las cartas deben constar la firma, el DNI, la dirección, un teléfono de contacto y, si se tiene, el nombre de usuario en Twitter y/o Facebook. Deben enviarse a XLSemanal; sección Cartas; Juan Ignacio Luca de Tena, 7, 1.º (28027) Madrid, o al correo electrónico xlsemanal@tallerdeeditores.com. La dirección se reserva el derecho a publicar, editar y cortar las cartas por razones de espacio y claridad. No se mantiene correspondencia.

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Infancias

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Infancias

EL BLOC DEL CARTERO

Hay infancias e infancias. Según razona uno de nuestros lectores, en el tiempo y el lugar que lo acogen se han vuelto tan blandas y apacibles que ya ni las travesuras de antaño se producen; ni siquiera cuando las circunstancias son propicias, como las de una pira de San Juan montada varios días antes de la fecha de marras y que nadie se toma la molestia de vigilar. Quizá no sea cuestión de lamentarse que nos hayamos vuelto tan cívicos y que para la mayoría de los chavales la pose gamberra no sea más que eso, una pose. Peor es, desde luego, el caso de esos otros sitios donde, como nos recuerda una lectora, los niños se habitúan desde pequeños a la crueldad y la muerte. De ahí salen adultos a quienes será difícil persuadir, el día de mañana, de que no prendan fuego a cualquier pira que se les ofrezca.

¿Qué nos está pasando…?

He visto promesas y sueños, tantos juntos, pero no he visto nada real ni verdadero, otra vez la fría mentira. He visto predecir como algo inesperado lo que ya está ocurriendo, pero no he visto bucear en el remedio lógico del día a día. He visto lágrimas en el fuego, una hoguera de madera y recuerdos, pero no ese calor intenso por apagar el hambre o la soledad, quizá sin tanto humo. He visto el premio sin esfuerzo, en unos pocos que son muchos, pero no la mano tendida al humilde olvidado. He visto el cambio de las estaciones sin libertad, pero no que el viento encuentre refugio en este sinsentido, demasiados intereses en distintas direcciones. He visto los nuevos símbolos y letras del futuro presente, pero no la verdadera belleza del arte de mostrárselo a los demás. Solo espero que nos haga pensar si de verdad estamos vivos todavía o nos hemos convertido ya en impulsos artificiales con un programa que debemos realizar en este inmobiliario, construido en el olvido de lo que nos hace realmente diferentes y especiales.

Higinio Bravo Méndez, Molledo (Cantabria)

Por qué la he premiado… Por si encuentra a su destinatario y acierta a levantarle el ánimo.


No es mundo para niños

En la guerra en el Yemen han muerto ya 85.000 niños menores de cinco años; otros nos miran mientras se apoyan en su muleta, con mangas vacías. En la India, hacinados en hospitales, tres niños por cama, mueren sin causa conocida. Algunos dicen que por comer lichis. Los médicos apuntan que los niños ricos que comen lichis no se están muriendo… Estados Unidos encierra en jaulas a los niños que le llegan del sur. Algunos se quedan en el camino, cruzando el río. ‘Heladeras’ llaman a esas jaulas en las que los niños que alcanzan la tierra prometida intentan sobrevivir. En ellas los niños mueren de epidemias de gripe, una enfermedad que se propaga en condiciones insalubres e inhumanas. Mientras en Rusia y en otros países se adiestra a los niños para la guerra. En Occidente, los niños entregan su tiempo a las pantallas, olvidando, porque no se les recuerda, la socialización y la empatía. Desde esas pantallas reciben educación, sexual incluida. Normalizan la ley del más fuerte, el individualismo y la utilización del otro. Alcohol, sexo y drogas los guían hacia la felicidad. Decirlo no cambia la realidad. No decirlo es darlo por bueno.

Teresa Rivera Iglesias, Urduliz (Vizcaya)


Comercio electrónico

Como ‘harto preocupante’ coinciden en calificar la mayoría de los propietarios del pequeño comercio o del comercio tradicional el imparable crecimiento del denominado e-commerce, o comercio electrónico, sobre todo a lo largo de los últimos años. Millares de pequeñas tiendas de todo tipo
–algunas de ellas, siendo incluso santo y seña del corazón de muchas ciudades– se han visto obligadas a bajar definitivamente las persianas, mientras otras más cerrarán también sus puertas, presumiblemente, al no lograr ser ya tampoco rentables. Ríos de tinta se han vertido ya respecto al cambio de los hábitos del consumidor de la actualidad y de la diferencia entre el trato personalizado del minorista de toda la vida con el trato anónimo de los empleados de estos gigantes de ahora que –auxiliados por sofisticados robots para todo tipo de faenas– consiguen mandar a tu casa el producto que te interesa, en muy poco tiempo y –¡ojo!– a menor precio que en caso de comprar uno lo mismo en cualquier tienda. Y es que estas nuevas opciones de compra complementarias, tras haber hallado su nicho de ventas, hasta le pueden resultar graciosas y divertidas al cliente que reciba un paquete que nada tenga que ver con lo previamente publicitado o solicitado por el mismo, así como que asuma el riesgo de que le puedan hackear su tarjeta de crédito.

Miguel Sánchez Trasobares (Zaragoza)


Punkis de peluche

Recuerdo cómo en mi barrio, el mismo día de la hoguera de San Juan, a la mañana, comenzaban los preparativos para amontonar toda la madera posible para hacer la hoguera. Y, ese mismo día, varios centinelas velaban por que ningún atrevido le metiera fuego antes de tiempo; había que respetar la tradición, el horario y la liturgia que conllevaba tan esperado acto de llegada del verano. En mi nuevo pueblo de acogida son tan ‘atrevidos’ que, ya dos días antes de la ceremonia del fuego, la tentadora montaña de madera está más que preparada en la plaza del pueblo, sin centinelas ni vigilancia; por supuesto que un ejercicio de civismo superlativo la mantiene intacta ante las tentaciones de cualquier ‘rebelde’ que se atreva a meterle fuego antes de tiempo. Yo, en mi juventud, con mis secuaces, lo hubiera hecho sin ninguna duda. El día antes de la hoguera, ahí continuaba virginal la montaña de madera, acompañada por los compases de un grupo de música del pueblo que imita el estilo punk. Y entonces –ante esa circunstancia– me permití pensar en lo bien domados que estamos todos, y en la poca capacidad de rebeldía que introducimos en nuestros jóvenes, a los que disfrazamos de punkis de peluche para que imiten a los punkis de verdad, los cuales –después o antes del concierto– no hubieran tenido ninguna duda en meterle fuego a aquel montón de madera que lo pedía a gritos.

Rafael Furnier Sánchez Mendaro (Guipúzcoa)


Una vez a la semana

Al menos, una vez a la semana. Y sé que, cuando ya no esté, añoraré no haber invertido más tiempo. Decido ir a casa de mi padre caminando, son poco más de treinta minutos a buen paso. Me cruzo con mis congéneres absortos en las pantallas de sus móviles. En busca de la bendición de ese algoritmo asistente que decide sobre el destino de nuestra existencia. Postulando una utópica vida en el flujo de datos que alguien a buen seguro ha de comprar. Justo ahí jugaba yo a las canicas y a la peonza. Ahora es un salón de apuestas donde los chavales se arraciman en la entrada. ¿Qué tal, papá? Déjame verte, contesta, con esa vista cada vez más maltrecha por la diabetes. ¿La señora no te protesta por la barba? Sonrío en silencio mientras sirvo un par de tazas de café. Y me siento a escuchar sus viejas historias de marino mercante. De sus viajes por medio mundo, camaradería humana contra los golpes de mar. Lo observo y lo admiro, aunque nunca se lo diga. Pues en sus arrugas y canas representa la sabiduría, convenciéndome de que en este mundo que me rodea quizá no está todo perdido.

Óscar Camiño Santos (A Coruña)


‘La cobra’

Jaén ha intentado salir a flote con muchos proyectos frustrados. Uno de ellos fue el tranvía, intacto. Vamos progresando con la magnífica y amplia oferta turística que ofrece la ciudad. Múltiples visitas guiadas por los numerosos monumentos, como los baños árabes, las distintas iglesias y el castillo que reina en el vértice de la ciudad.

“El AVE conecta Madrid con Granada y, en vez de pasar por Jaén, ‘hace la cobra’ al sitio con más  castillos del mundo” 

La espléndida catedral de la Asunción se lleva la mayor parte. Joya del Renacimiento esculpida por Vandelvira, es la más grande de España y sirvió de inspiración para muchas iglesias sudamericanas. A esto se suman los dos galones que complementan el puzle: Úbeda y Baeza. Patrimonios de la Humanidad, son perfectos lugares para deleitarse con sus callejones, palacios y monumentos. También tenemos el llamado ‘oro líquido’, el aceite tan valorado como costoso de obtener. El nacimiento del río Guadalquivir. El Parque Natural de Sierra Morena y sus especies de fauna y flora. Pues parece que estos ingredientes no son lo suficientemente buenos para que por Jaén pase el AVE. Conecta Madrid con Granada y, en vez de atravesar vía adelante por la tierra de olivares, hace ‘la cobra’ al sitio con más castillos del mundo. Estamos saliendo del aislamiento, pero si el propio sistema no nos da ayuda, ¿quién nos la va a dar? El desprecio que sufren Jaén y otros puntos de la España interior es increíble. La mayoría de los fondos van a la periferia y al centro de la Península, dejando las migas para los demás. Ya es hora de resaltar la importancia de estos lugares que no son más, pero tampoco menos. Y termino mi protesta con los versos que Miguel Hernández dedicaba a mi provincia: «Jaén, levántate brava, / no vayas a ser esclava / con todos tus olivares».
Antonio Luis Mármol Torres (Jaén) 

El valor de la amistad

Hace tiempo leí las declaraciones de un psicólogo, según el cual, en ocasiones, un rato de conversación con los amigos constituye un excelente tratamiento para resolver ciertos problemas de ansiedad, frustración, sensación de soledad… He recordado esto a propósito del encuentro que tuve hace poco con antiguas compañeras de estudios. Han pasado más de cuarenta años y seguimos unidas por la misma amistad hecha de recuerdos comunes, de una visión de la vida compartida en sus líneas fundamentales y, sobre todo, del deseo siempre renovado de volver a encontrarnos, de tener noticias unas de otras y de hacerlas partícipes de las distintas etapas de nuestra vida. En este pequeño grupo hay situaciones personales y profesionales muy variadas: casadas y solteras; profesoras, farmacéuticas, contables, enfermeras, pianistas, amas de casa, bibliotecarias… A veces comentamos que fuimos una generación ‘rompedora’ en la que comenzaba a despuntar la mujer profesional, en contraste con generaciones anteriores. Pero lo que siempre comentamos es la suerte de conservar esta unión y estos encuentros en los que tanto disfrutamos, y pensamos que muchas veces son para nosotras la mejor terapia: una profunda y verdadera amistad.
María Isabel González del Campo (Madrid)

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Deshumanizando

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Deshumanizando

EL BLOC DEL CARTERO

Esta semana, dos lectores coinciden en señalar uno de esos fenómenos que dan que pensar: el aumento de mascotas caninas correlativo a la disminución de criaturas humanas, que en la ciudad de uno de ellos ya van por detrás en el censo. Nada más lejos del ánimo de quien alguna vez ha convivido con un perro que menospreciar al mejor amigo del hombre (y la mujer). Pero inquieta un poco que aumente el afecto por los animales mientras decrece el apego a los niños, a quienes se proscribe ya en no pocos locales, para mayor confort de adultos intolerantes. A todo eso súmese el hecho, señalado por una lectora, del avance imparable de los robots. Los humanos somos molestos y torpes… y más de pequeños. Pero no olvidemos la sabiduría de la milenaria Edda Poética: «El hombre solo se regocija en el hombre».

LA CARTA DE LA SEMANA

No ha sido solo tiempo

Tal vez, tras más de tres meses en el extranjero, pueda volver a leer estas líneas de nuevo en casa. He decidido que no voy a contar el número de días que he pasado fuera de mi hogar, y únicamente mediré ese tiempo por los buenos momentos que en la distancia he celebrado y los malos en los que, a pesar de los más de cuatro mil kilómetros que me han separado de todo aquello por lo que vine aquí, me han servido para estar aún más cerca y valorar mi suerte. He conocido otro continente, África. He vivido experiencias que me han engrandecido como persona y me han servido para reafirmarme en lo que ya sabía: no erré al elegir mi profesión. Todo este tiempo fuera ha sido llevando la bandera de España en el uniforme, en uno de los muchos sitios de África donde los miembros de las Fuerzas Armadas desempeñamos nuestros cometidos. Si tuviese que quedarme con un solo momento, sería con la sonrisa de los niños que entre gritos de emoción se abalanzaron hacia nosotros cuando entrábamos en sus aulas. Esperando únicamente un abrazo.

Carlos Marqués Calvo (Zaragoza)

Por qué la he premiado… Por recordarnos con su testimonio dónde están la verdadera bandera, la  verdadera patria y quienes de veras la sirven, en vez de utilizarla.


Más perros que niños

Leo en el periódico que en mi ciudad ya hay más perros censados que niños menores de diez años. Paso unas páginas veo que en un municipio turístico cercano se acaba de construir un nuevo hotel en el que solo se admiten adultos. Lo comento con otros profesores y me confirman que en sus barrios cada vez se prodigan más los establecimientos de moda caninos, los lugares de belleza para mascotas y los restaurantes para todo tipo de fauna, al tiempo que desaparecen tiendas de puericultura. Y me preocupa que España tenga uno de los índices de natalidad más bajos de Europa, ya a la altura de Japón, donde casi una mayoría de jóvenes ni se preocupa en buscar pareja y comienza una relación con un robot. Y pienso que décadas de ataques a la familia tradicional, la potenciación del consumo y el hedonismo millennial están produciendo ya sus resultados.

Sergio Nasarre Aznar (Tarragona)


A falta de niños, perros

El paseo por los parques madrileños se ha convertido en un desfile de perros y dueños. Perros grandes… y con mucho pelo. Me pregunto qué moda o conspiración ha llegado a la ciudad para que estos animales, en vez de proteger su finca de pueblo o correr tras un conejo, suban a casa en ascensor. Consterna ver como huskis, rottweilers y galgos caminan sofocados sobre asfalto calcinado mientras su dueño cuelga un «#loveanimals» en Instagram. Todo esto en un panorama pésimo para la natalidad española, donde el número de mascotas supera al de niños menores de quince años.

Marina Doria García de Cortázar (Madrid)


Cotizaciones para los robots

Desde que se inventaron útiles como el tractor se han destruido muchos puestos de trabajo, aunque bien es cierto que simultáneamente se han ido creando otros empleos ‘modernos’. El mercado ha absorbido en mayor o menor medida a esos trabajadores, pero llevo un tiempo pensando que queda poco para que nos vayamos a pique como sociedad del bienestar.

Cuando a una ministra se le ocurrió decir que le gustaría imponer cotizaciones a la Seguridad Social sobre los robots, se me pusieron los pelos como escarpias. Parecía una barbaridad, pero con empresas de distribución tipo Wallmart y Amazon invirtiendo en maquinaria para ahorrar puestos de trabajo, además de la cantidad de compañías que ya están testando programas de automatización tipo machine learning, todos deberíamos darnos por avisados. A lo largo de la historia los ciclos se repiten y, en este caso, lo que vuelve es la mano de obra barata. Lo que antes eran los esclavos mañana serán los robots. ¿Existían entonces otros puestos de trabajo para la gente de a pie? No, lo que había era una enorme diferencia de clases. Y a nosotros más nos vale hacernos a la idea para gastar menos y pelear por conservar esos derechos laborales ganados durante tanto tiempo.

Cristina Sánchez Enríquez (Madrid)


Un autobús en una tormenta de nieve

Enorme tristeza viendo la entrevista al señor Otegi. Me di cuenta de que diez años después del último atentado todo sigue igual. Se ha dejado de matar, sí, pero los bloques permanecen igual de enfrentados que en el pasado, no hemos avanzado nada en la reconciliación. La desaparición de esta división es más difícil si cabe que el propio fin de la violencia. Ahora mismo odio, rencor, reproches, exigencias, miedo y desconfianza es lo que rodea las relaciones de ambos. Pensar en un acto público de reconciliación entre todos los protagonistas: presos, guardias civiles, policías, familiares de víctimas y todos los partidos políticos… es ciencia ficción, aunque todos ellos lo anhelen. Me recuerda la anécdota del autobús de familiares de presos que regresaba de visitarlos y quedó atrapado en una tormenta de nieve. Se dio aviso a la Guardia Civil y, cuando los guardias liberaron el autobús, saludaron a los ocupantes, estos devolvieron el saludo agradecidos y nadie pensó en nada más. Actualmente hace falta lo mismo, valor y coraje de uno de los dos bandos para salvar al otro y así poder redimirse ambos. La recompensa lo merece.

Roberto Rodríguez Vesga (Bilbao)


Niñez sin futuro

El pasado 30 de junio leía en el XLSemanal que cada dos horas mueren en el Yemen una madre y seis recién nacidos. Junto al texto aparece una foto de una niña a la que atiende un médico. No se sabe qué puede pasar por la mente de esa criatura: sus ojos lo dicen todo. ¿Sabrá, pese a su inconsciencia, que no tiene futuro alguno? Quizá estamos tan acostumbrados a la indiferencia de estas miradas que nos parezca una más de las de tantos reclamos, indiferentes a nuestras conciencias, pidiéndonos ayuda.

José Ruiz Guirado, Robledondo (Madrid)


El aula vacía

Durante dos cursos habéis compartido mañanas de bostezos, risas, enfados… No es verdad que los niños de ahora sean más difíciles, más desinteresados por aprender que los de antes. Son los niños de siempre, los niños que fuimos, con una curiosidad infinita, con ganas de jugar, de explorarlo todo, de interpretarlo todo, de entenderlo todo… solo que deben hacerlo de otra manera. Viven en un mundo que nosotros ni pudimos sospechar y, sin embargo, siguen escuchando inmóviles, sin pestañear, el «había una vez…» y se entusiasman con un principito y su planeta en el que habita una flor, o un caballero que va en busca de aventuras con su escudero bonachón. Los has mirado muchas veces mientras se centraban en sus tareas, tratando de adivinar lo que el destino les deparará. Están a tiempo de casi todo, algunos lo tienen más difícil en la yincana de la vida, pero nunca se sabe. Y a ti, un día no muy lejano ya, te llegará el momento del relevo y deberás anclar como los viejos marineros. Entonces mirarás atrás agradeciendo el haber trabajado en la profesión más bonita del mundo.

María Del Río Pérez (Correo electrónico)


Al otro lado del río

La canción Soplando en el viento le sirvió a Bob Dylan como forma de remover nuestras dormidas conciencias. Toda ella es una inmensa pregunta. Cuántos mares… Cuántos años… Cuántas anónimas muertes son necesarias para que despertemos. Cuánto sufrimiento, miedo, dolor, cuánta opresión… A Óscar y a su hija Valeria el río les apagó la luz de su vida para siempre. Desertaban de la injusticia, de la inseguridad, de la violencia pandillera, de la corrupción de un gobierno inane, incapaz de garantizar la más mínima dignidad a sus gobernados. Y, a pesar de la crudeza de la tragedia, la imagen deja un poso de inmensa ternura: en ningún momento soltó a su hija de sus brazos, era todo lo que tenía, y así murieron. Paradojas de la vida, el director de servicios de inmigración de Estados Unidos, Ken Cuccinelli, culpa a Óscar Martínez de ambas muertes. Nadie es culpable de buscar un mundo mejor para los suyos. Para el señor Cuccinelli se trata de un pequeño ‘daño colateral’. Decía una canción de Jorge Drexler: «En esta orilla del mundo lo que no es presa es baldío, creo que he visto una luz al otro lado del río». A Óscar y Valeria (bonito nombre) la luz se les apagó no a este lado del río, sino a ese otro lado más ignorado, oscuro y cruel del río.

José Manuel Ramos Álvarez, Ferroñes, Llanera (Asturias)


La educación, en el banquillo

Todo el mundo habla de que la educación se está privatizando, de la calidad de la enseñanza o del nivel del profesorado. ¿Pero quién pone el foco en la educación y el ejemplo que dan los padres? ¿Alguien se ha preocupado por valorar la formación que se recibe del rellano de casa para adentro? Soy entrenador de un equipo de benjamines de fútbol sala (niños de ocho y nueve años) que la semana pasada celebró la gala de final de temporada. Ha sido un año lleno de desplantes y actitudes de los nanos que he corregido y me he comido en silencio. Pues bien, en la gala del otro día, una vez acabado el acto, ¿alguien sabría decirme cuántos padres tuvieron el detalle de hacer venir a sus hijos para despedirse? Ya les respondo yo: solo dos. Sí, dos niños de trece. ¿En serio que a once padres no se les pasó por la cabeza el detalle de que el nano viniese para darme las gracias por esta temporada o desearme feliz verano? Alguien debería recordarles a los padres que la buena educación también es ser agradecido, saludar al llegar y despedirse al marcharse. Yo no soy padre y puede que nunca lo sea, pero si algún día acaba una temporada y mi hijo y yo nos vamos sin despedirnos, que alguien le diga al entrenador que a nuestra educación la deje en el banquillo o sin convocar.

Carles Ricart Dols. La Canyada, Paterna (Valencia)

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Afganistán

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Afganistán

EL BLOC DEL CARTERO

Hace años que se deslizó hacia la zona de sombra y allí permanece. Durante un tiempo, no tan lejano, ocupaba las portadas de los diarios. su conquista, reconstrucción y redención parecían objetivo fundamental. Devastado por medio siglo de guerras civiles e invasiones, a veces simultáneas, era una prioridad absoluta extraer a Afganistán del declive medieval al que lo había conducido el régimen talibán. Se destinó a la tarea, por la vía de la guerra y de la ocupación posterior, dinero suficiente para sacar varias veces a todos los afganos de la pobreza en la que vivían. Casi dos décadas después, en ella siguen, y con los talibanes mandando en buena parte de su territorio. Los atentados los abaten por decenas, pero, como nos dice la carta de la semana, dejó de ser noticia.

LA CARTA DE LA SEMANA

El poder del periodismo

El otro día, un amigo me preguntó: «¿Sabes en qué país acaban de morir 12 personas en un atentado?». Lo miré confuso, acababa de ojear por encima los periódicos digitales y le dije que no tenía ni idea. A lo que él añadió: «Vaya basura de periodismo, vaya basura de sociedad». El atentado fue en Chazni, Afganistán, el 7 de julio. 12 muertos y 179 heridos por un coche bomba, entre las víctimas había niños. No fue portada en ningún diario, no fue trending topic, ningún famoso apoyó a las víctimas, apenas ocupó dos minutos en el telediario y la gran mayoría en Occidente nunca sabrá que 12 inocentes fueron asesinados esa mañana de julio. Esta es una realidad que pasa todas las semanas. En Asia y África hay atentados casi a diario con muertos y heridos. Una de las llaves del cambio la tiene el periodismo. Los medios pueden transformar las conciencias hacia las noticias que de verdad importan.

Carlos Colomer Barcia (Valencia)

Por qué la he premiado… Por el recordatorio, por la interpelación, tan pertinentes.


Tener experiencias

Si la vida fuese como una cocina, comenzamos aprendiendo a batir un huevo y con el tiempo conseguimos confeccionar un sofisticado manjar. Hoy, sin embargo, todo es fácil, repentino y programado. ¡Qué lentejas tan deliciosas! No, es la Thermomix, lo puede hacer cualquiera. En la nueva vida Thermomix en la que lo imprescindible nos lo dan hecho, necesitamos hacer cosas extraordinarias para no aburrirnos. La expresión de moda es «tener experiencias». Ya no salimos al campo a relajarnos, ahora queremos practicar deportes de riesgo sin olvidarnos de que lo más importante es grabarlo todo para mostrar a los demás que hemos estado allí y que lo hemos pasado muy bien.

Mario Suárez, Pilas (Sevilla)


Pocas gotas por derramar

Cumplir años, envejecer. Comienzas a encontrarte con gente conocida del pasado y no sabes muy bien por qué. Tienes la sensación de que te despides de personas que significaron algo en tu vida en un momento dado y que siguen presentes en tu memoria. Hay una voz interior que te dice que no es un ‘hasta luego’, que se trata de un ‘hasta siempre’. Sientes dolor por las personas a las que hiciste daño, las que sufrieron la peor parte de ti. Duelen las malas acciones y duele más y dura mucho más el arrepentimiento. Están presentes muchos de los actores que participaron en la representación de la obra de tu vida. No todos, porque somos dueños de nuestra memoria, pero ella es solo dueña de sí misma. Ya has completado la presentación y el nudo, y ya solo queda el desenlace. Al menos eres dueño del deseo sincero de disfrutar de un final feliz. Las perdices ya te las comiste.

Juan Francisco Vinardell Gross (Zaragoza)


Ni Houdini

«Es lo mismo cortarlo que desatarlo». Según Curcio Rufo, fue lo que dijo Alejandro Magno en su conquista del Imperio persa, cuando le enfrentaron al reto de desatar el nudo gordiano. Bromista y puñetero Gordias y su nudo imposible, que escondía los cabos en el interior. Es una leyenda griega, sin embargo, el lazo que ahoga la paciencia de la ciudadanía y paraliza la política de nuestro país se antoja ilusorio que pueda ser desenredado sin el hachazo de unas nuevas y decepcionantes elecciones generales. Nadie asume la culpa de negociaciones fracasadas, pactos rotos, cuentas pendientes, rencores y recelos ideológicos. Demasiadas cadenas. Ni Harry Houdini, en su mejor exhibición, saldría de esta sin pagar un peaje, y Pedro Sánchez es hábil, pero no es Houdini. Pues en estas estamos. Pulsos, soberbias, «qué hay de lo mío» y la casa de todos sin barrer. Una casa en funciones y una infinita tristeza democrática. Lo peor es que se oculta lo que se discute. La ocultación, y aún más si es premeditada, molesta al personal, y la paciencia no es ilimitada. Los ciudadanos no somos tan pardillos como algunos dirigentes podrían pensar. Bebemos la vida cotidiana, concreta, el día a día. Tanto trago amargo, revuelve numerosos estómagos y despierta algunas conciencias. Veremos.

Alberto Fdez. Araujo, Barakaldo (Vizcaya)


Yatrogenía política

Ante el interminable período electoral que puede durar hasta final de año, los contendientes no paran de enredarse en declaraciones y echar órdagos, mientras la maquinaria institucional para lo ejecutivo y el motor legislativo siguen de “huelga” (remunerada) a riesgo de provocar el colapso del país. En sectores populares y agentes sociales, se da un clamor, una exigencia a favor de que depongan sus ambiciones políticas y de clase, y sitúen a la ciudadanía en el centro y muy por encima de sus intereses sectario-partidistas. Especialmente interesante ha sido la Declaración no institucional del colectivo de profesionales sin ánimo de lucro Economistas Frente a la Crisis, titulado. “Impulsar el cambio. El momento es ahora.” La encabezan con un repaso socioeconómico de los últimos 10 años, que en síntesis viene a decir que, aquel “bienvenida crisis” con que saludamos algunos ingenuos celebrando la oportunidad para que se dieran cambios y así evitar que la siguiente fuese mayor, pues efectivamente, si se dieron… pero a peor. A peor, justo en los dos pilares mas sensibles y sagrados para el devenir de la humanidad. la educación en los valores y la justicia social global y, el uso de los bienes y cuidado del planeta. Para evidenciar el segundo parámetro, no es necesario destacarlo en la prensa pues lo venimos sufriendo. Pero del primero…¡ay los medios! cuanto esfuerzo para que se note lo menos posible, desde los suicidios por causas psicosociales de pobreza creciente y progresiva desigualdad causada por la “yatrogenía” institucional, hasta la depresión y desánimo vital producida en una clase media en extinción y cada vez mas decepcionada con unos gobernantes que en su mediocridad son incapaces de evaluar estos dos grupos sociales como sectores claves para riqueza del país a través del consumo interno y recaudación de IVA “Más de diez años después de iniciada la crisis se constatan las consecuencias de las políticas adoptadas. la renta media real es hoy en España la misma que hace 10 años, pero, mientras el 1% más rico ha aumentado su renta un 21%, el 40% más pobre ha perdido lo que los demás han ganado”. Vieja y eterna lucha de clases que hace posible que…. la siguiente sea aún mayor.

Iulen Lizaso Aldalur, Hernani (Guipúzcoa)


Semuret

Semuret es el nombre que los musulmanes dieron a la ciudad de Zamora. Con este nombre, y también con el de Sammura, fue definida por las fuentes árabes como capital de los gallegos. Este nombre también se ha interpretado como ‘ciudad de las turquesas’. Cosas de la etimología. Sin embargo, para muchos, Semuret siempre será una de las librerías de nuestra vida, que este año cumple 119 años y que nos ha dado un buen susto. Luis González, su dueño, decidió descansar. Muchos años detrás del mostrador, entre anaqueles cargados de libros, mientras se echaba al hombro el trabajo editorial de un sello que ha dado luz a todo tipo de temas locales y regionales. Hace unos meses dijo que lo dejaba y parecía que nadie se quería hacer cargo de la librería centenaria. Por suerte, a diferencia de muchas de las obras que Luis ha vendido a lo largo de tantos años, la historia de Semuret escondía un final feliz. Al menos de momento. Judith. una joven zamorana ha aparecido, casi sobre la bocina, para hacerse cargo del traspaso y darnos una de las grandes alegrías literarias de los últimos años. Larga vida a las soñadoras que se hacen cargo de librerías centenarias.

Eduardo Fernán-López, Villalpando (Zamora)


El pasado siempre vuelve

Sería mejor que solo morase en la memoria de los rencorosos y que no volviera. O si lo hace, que no lo haga con tanta frecuencia e indiferencia, pues no siempre es bien recibido por los que la reminiscencia tiende a traerles únicamente cosas que desean olvidar. La señora Dorita -vecina y amiga- hace que me pare siempre que me ve en el rellano de la escalera. Y con su voz trémula de nonagenaria se queja. «Ay, querido, pues aquí ando, sumando días, y de salud más bien me veo fu que fa. Y de ánimo, igual. No hay pañuelo que me dure. No lo hay.».

“Reclamo el orgullo de un país que ha acercado e igualado su nivel de vida con los países más adelantados”

Y entonces tercio ante la llantina que le veo asomar. «Bueno, doña Dorita, no será para tanto. Mire usted hacia los hospitales, por ejemplo, pues tampoco en ellos los pañuelos deben durar mucho que se diga». «Ya, hijo, ya, pero.». Y deja la frase sin acabar. Pues sabe que sé que vive sola, que está sola y que morirá sola. A sus seres queridos los ve cuando abre el álbum de fotos en el que están. Esto sucede cuando el pasado vuelve y le recuerda onomásticas, natalicios y otras efemérides que dejó de celebrar años ha. «Añorar el pasado es correr tras el viento», reza un proverbio. Pero en el caso de doña Dorita me temo que sea esto y más. Pues no solamente la veo correr tras el viento, sino que intuyo que lo quiere alcanzar.

Jon García Rodríguez (Bilbao)


España, vista desde fuera

Recientemente se ha hecho viral un vídeo del embajador de Panamá, en el que destaca varias facetas de nuestra patria. historia, cultura universal, premios Nobel, ejemplar transición a la democracia, los inventos españoles, ser el segundo país del mundo en esperanza de vida, el primero en trasplantes, economía boyante y moderna…, y terminaba con la frase. « Por qué nos quejamos?». Efectivamente tenemos mucho que mejorar, pero reclamo el orgullo de un país que ha acercado e igualado su nivel de vida con los países más adelantados. Con una economía que exporta en porcentaje sobre su PIB más que Francia, el Reino Unido e Italia, y lo que más exportamos, un 20 por ciento, son bienes de equipo para la industria. Somos el país más visitado del mundo después de Francia, disfrutamos de una asistencia médica envidiable, somos los que menos nos suicidamos por nuestra calidad de vida y disponemos de una capa empresarial, de autónomos y de funcionarios que hace que avancemos con prosperidad, pese a que nuestros políticos nunca están a la altura. Y por último, y no menos importante, animemos a estudiar y conocer nuestra historia, un país que, como decía el embajador, otorgó derechos a los indios de América y que en el siglo XVI reconocía el matrimonio de un indio o una india con un español o española. En Estados Unidos no se pudieron casar hasta el XX, 500 años después. En definitiva, un Imperio que aportó universidades, ciudades, hospitales, infraestructuras, trayendo a Europa patata, tomate, maíz, pavos o frutas exóticas y llevó a América cereales, las vides, el café, vacas, cerdos, ovejas o los caballos. ¿Se imaginan el Far West sin caballos ni vacas? Gracias, señor embajador, por enseñarnos el camino.

Juan Inigo Simal (Correo electrónico)

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